Estrategia Nuclear, falacia en el arte de la guerra

Por: Contralmirante Roberto H. Orozco Tocaven.

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Desde los comienzos de la humanidad, las guerras han sido parte de la historia y evolución del hombre. Sin entrar en discusiones sobre el estado natural del hombre[1], las guerras han sido tema de diversos autores que han tratado de concebir una definición de la misma. 

En la Biblia, en el Antiguo testamento, ya se detallaban conflictos armados entre los pueblos. Sun Tzu [2], General chino decía: “La guerra es de vital importancia para el Estado”. Autores medievales como Nicolás Maquiavelo refieren el uso de los ejércitos y la fuerza para garantizar la seguridad de los gobernados, así como para alcanzar los fines de los gobernantes. Otros más, desarrollaron técnicas especiales del uso de las armas para aplicarse en los combates (tácticas militares). 

En su momento, las guerras napoleónicas se distinguieron por el perfeccionamiento de la táctica, así como de la creación de escuelas para el estudio de las guerras y sus causas; de los instrumentos de poder nacional con los que cuentan los Estados para alcanzar sus objetivos. De esta manera, se creó el concepto estrategia. Von Clausewitz[3], militar prusiano del siglo XVIII parafraseaba que “La guerra es la continuación de la política por otros medios”. De igual manera, “el objetivo de la guerra consiste en obligar a nuestro enemigo a hacer nuestra voluntad”.  

Los siglos XIX y XX conllevaron a conceptos como “guerra total[4]” con conflictos más sangrientos, el uso de armas letales de grandes proporciones, alianzas entre naciones en los cinco continentes, en los diferentes dominios clásicos: terrestre, marítimo y aéreo. Los objetivos militares y estratégicos de los ejércitos superaron los campos de batalla con el asedio y destrucción de poblaciones civiles y ciudades (no combatientes).

EU, superpotencia nuclear

En el año de 1945 terminó la guerra en Europa, continuó la del Pacífico por los siguientes meses. Los Estados Unidos venían experimentando con la fusión nuclear y la creación de una bomba. No fue sino hasta agosto de 1945 que se creó la bomba atómica y se empleó de manera unilateral para atacar poblaciones civiles de Japón, y así obligar a su rendición incondicional. Esta sorprendente arma no hacía distinción de combatientes y destruía tanto a personas, animales, objetos  y a toda infraestructura urbana e industrial. Nació así la era nuclear, en donde surgió EU  como superpotencia.

A partir de ese mismo año, las demás potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial llevaron a cabo todo tipo de inversiones y desarrollo tecnológico para obtener este tipo de armas. No fue sino hasta finales de la década de los 40´s que la entonces Unión Soviética (URSS), llevó a cabo la primera detonación de armas nucleares, comenzando así el periodo de Guerra Fría, en el que el mundo se dividió en dos grandes bloques. Al poco tiempo, otros países como Gran Bretaña, Francia y China lograron desarrollar este tipo de armas e ingresar a este grupo de cinco potencias.

Si bien la Guerra Fría se expandió a todos los rincones del mundo, también fomentó, además de las diferentes ideologías, una carrera armamentista y el desarrollo de todo tipo de armas, con una industria de producción, venta y distribución global. 

Debido a esta marcada diferencia de pensamientos y al incremento de conflictos, se crearon organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), así como un Consejo de Seguridad[5] con el fin de tener un espacio de diálogo y comunicación para atender los conflictos y evitar una confrontación que, de escalarse, podría derivar en el uso de armas nucleares.

Estrategia nuclear disuasiva

Desde la década de los 50´s, las grandes potencias buscaron desarrollar una estrategia nuclear. Tanto políticos como militares vieron en las armas nucleares un instrumento coercitivo de grandes proporciones.  Los países y bloques que poseían armas de destrucción masiva en un principio desarrollaron planes de guerra disuasivos para sus enemigos potenciales y probables. En su política interna, la mayoría de estos países debatían entre sus facciones de manera acalorada de los beneficios y afectaciones de contar con semejantes arsenales y las repercusiones físicas y morales de utilizarlas.

De igual manera, diseñaron proyectos de armas atómicas, de radio limitado, para destruir objetivos militares estratégicos bien definidos, así como áreas medulares que representaran centros de gravedad del enemigo. Esto iba acompañado de planes de guerra, que incluían ataques aéreos precisos preventivos a sus bases de lanzamiento e infraestructura vital para desarticular las capacidades de respuesta del oponente. Demasiado bueno para ser realidad al considerar que el enemigo se iba a limitar a sus bases, y no considerar las plataformas móviles como los submarinos, vehículos terrestres y aéreos.

URSS desarrolla misiles balísticos

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En los 60´s, derivado en parte de la crisis de misiles de Cuba[6], la URSS comenzó un intenso programa de desarrollo de un arsenal de misiles balísticos intercontinentales (ICBM). Esto llevó a la instalación de grandes bases de lanzamiento ICBM en terceros países aliados en la periferia de las potencias, poniendo al mundo en constante tensión. De igual manera, se incrementaron los bombarderos estratégicos y la construcción de cabezas nucleares.

En la década de los 70´s, las grandes potencias, conscientes del poder destructivo de sus arsenales, iniciaron diversos programas para tratar de reducir la producción de armas nucleares (SALT I & II[7]). A mediados de los 80´s  se aplicó una política de extremo de precipicio (Brinkmanship[8]), en donde ambas potencias estaban conscientes de su poder destructivo y de la alta posibilidad de  aniquilación mutua, pretendían no involucrar a otros estados. Con la caída de la Unión Soviética y de sus países satélite que conformaban la Cortina de Hierro, se inició un periodo aparente de hegemonía norteamericana. Otros tratados como el START[9] fueron firmados en los 90´s con el mismo fin de controlar la producción de las armas nucleares.

No fue sino hasta la primera guerra del Golfo y posteriormente, los eventos del 9/11, que los EU vieron la amenaza de que grupos disidentes y terroristas, apoyados por Estados rebeldes, pudieran desarrollar o tener acceso a este tipo de armas. La invasión a Iraq se produjo con fallas de inteligencia que hacían suponer el desarrollo de armas de destrucción masiva. Casos como el de Libia, Siria, Irán y Corea del Norte, entre otros, pusieron al descubierto la facilidad de que estos países y grupos tuvieron acceso a la tecnología a través de científicos de terceros países como Paquistán (Caso A. Q. KHAN).

Hoy en día, la estrategia sugiere que la comunidad de inteligencia esté más al pendiente de los materiales y procesos que pudieran generar la obtención, tráfico de componentes y/o el acceso de otros Estados y de grupos extremistas a las armas nucleares. 

Disuasión nuclear

Las grandes potencias a través de sus arsenales nucleares han adoptado políticas de Estado de disuasión nuclear, acompañadas de la necesidad de supervivencia, así como de coerción para alcanzar sus objetivos entre rivales[10]. Sin embargo, conflictos actuales como el de Crimea y Ucrania han escalado en intensidad, con el involucramiento de bloques de seguridad de países y organizaciones[11], habiéndose llegado a mencionar a través de declaraciones oficiales de los beligerantes, la posibilidad del uso de este tipo de armas de exterminio.

De la pretensión de las grandes potencias de desarrollar una estrategia nuclear, se deriva la siguientes preguntas ¿Cuál sería la estrategia en el uso de un arma que no va a llevar a alcanzar objetivo alguno? ¿De qué sirven entonces los grandes ejércitos y sus planes? Cualquier Estado que utilice armas de destrucción masiva para alcanzar la victoria estará condenado a su propio exterminio.

Considerando que el uso de las armas nucleares no es parte de un plan de guerra concebido para alcanzar una victoria, definitivamente el concepto de “estrategia nuclear” es una falacia, considerando el gran arsenal nuclear, así como la inevitable escalada de un conflicto, una vez que algún Estado haya tomado la decisión de utilizarlas. 

Grandes internacionalistas han discutido en diferentes foros que no hay manera de sobrevivir al uso de estas poderosas armas y a un holocausto nuclear. 

Por lo tanto, una “Estrategia Nuclear” es un término compuesto que NO puede ser compatible entre sí, debido a que contiene dos elementos disímiles. La estrategia, que como hemos dicho, requiere de diversos objetivos para alcanzar un fin determinado. La palabra nuclear, que refiere el uso de armas de destrucción masiva, incapaces de ser limitadas o selectivas y que con su uso se pueda alcanzar una victoria. 

Por último, con la esperanza de que los Estados beligerantes no llegarán al uso de estas temibles armas de destrucción masiva, así como de  la oportuna participación de la comunidad internacional, los organismos internacionales encaminados a la paz, las asociaciones religiosas, y los diversos tratados para evitar los ensayos nucleares y de no proliferación, no nos queda más que confiar en que la guerra, como actividad inherente a los seres humanos, seguirá como tal, con todos sus efectos y secuelas, en una actividad violenta, instrumentada para la defensa, la supervivencia;  mas no en una chispa que encenderá los ánimos de una gran conflagración que llevará al exterminio de la humanidad y las naciones. 

[1] Thomas Hobes.

[2] El Arte de la Guerra.

[3] ON WAR

[4] Guerra que se caracteriza por la movilización total de un país.

[5] El Consejo de Seguridad cuenta con 5 países permanentes con capacidad nuclear y otros más elegidos.

[6] La entonces URSS intentó emplazar misiles con ojivas nucleares en la Isla de Cuba en el año de 1962.

[7] SALT (Strategic Arms Limitation Talks).

[8] Conocida con ese nombre por los congresistas de los EE.UU.

[9] START (Strategic Arms Reduction Treaty).

[10] Institute for National Strategic Studies, NDU

[11]OTAN, Unión Europea (EU) entre otros.