En Guelatao de Juárez, Oaxaca, el presidente de México encabezó la conmemoración del Benemérito de las Américas.

El licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente de la República, reconoció el pasado 23 de marzo, que una de las figuras más importantes en la historia de la vida nacional y el mejor presidente de México, ha sido el licenciado Benito Pablo Juárez García, quien sigue gobernando con su ejemplo.

Para conmemorar el 213 Aniversario del Natalicio del Benemérito de las Américas, el presidente de México se trasladó hasta el lugar que vio nacer al licenciado Benito Juárez: Guelatao, Oaxaca, donde se reconoció la influencia que tuvo en su tiempo para transformar al país que le tocó gobernar y la gran dignidad con la que defendió la soberanía de México.

Acompañaron en el evento al primer mandatario, el licenciado Alejandro Ismael Murat Hinojosa, gobernador del estado de Oaxaca; el licenciado Adelfo Regino Montes, titular del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI); y la senadora Susana

Harp Iturribarría, presidenta de la Comisión de Cultura de la Cámara de Senadores.

Durante la ceremonia, el gobernador de Oaxaca y el presidente de México colocaron una ofrenda floral y montaron una guardia de honor en el monumento erigido en honor al célebre patriota que promulgó las Leyes de Reforma.

Durante el evento, el presidente de México se comprometió a visitar Guelatao cada 21 de marzo para recordar a Benito Juárez.

Un prócer que sigue gobernando

Al hacer uso de la palabra, el licenciado López Obrador señaló que Benito Juárez sigue siendo un referente e ideal, que debe inspirar a un buen gobierno: “Benito Juárez fue el mejor presidente de México, el cual gobierna hasta nuestros días, porque dejó muchos principios que son vigentes y válidos”.

Subrayó que la frase “nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho”, enmarca la política de no represión, ni sometimiento al pueblo con el uso de la fuerza, bajo la que se conduce este gobierno, y añadió: “Si no hay autoritarismo, podemos gobernar en paz”.

Aseguró que en el camino hacia la Cuarta Transformación de la vida publica de México, se respeta el derecho a disentir y son reconocidas las diferencias, sin embargo, dijo: “Esta etapa también es reconciliación, llamamos a la unidad. Debemos poner por delante el interés de la Nación”.

Reconoció a Oaxaca como la capital mundial de la dignidad y se comprometió a sacar adelante a su pueblo, y agregó: “Es un sueño que queremos convertir en realidad”.

Afirmó que con trabajo y desarrollo, así como con la implementación de Programas Integrales de Bienestar, al finalizar el sexenio ningún mexicano migrará por necesidad, y puso algunos ejemplos: “Con el Programa Sembrando Vida, por ejemplo, se crearán 80 mil empleos a partir de la plantación de 200 mil árboles frutales y maderables”.

Se cumplirá el compromiso de pavimentar todas las cabeceras municipales de Oaxaca. Ya empezamos con 50 caminos, lo haremos sin maquinaria, entregando el dinero del presupuesto a las comunidades para que el pueblo haga sus caminos”.

Ejemplo y patriotismo

En su turno, el gobernador de Oaxaca, destacó el legado del Benemérito de las Américas: “Benito Juárez nos regaló soberanía, instituciones y libertad, y nos recuerda que los principios de honestidad y austeridad deben de regir al servidor público”.

Señaló que el mejor homenaje que se le puede rendir al ilustre oaxaqueño es reivindicar la política haciendo alianzas en favor de México; por ello convocó a la unidad: “Entendiendo que la política debe de generar unidad y no diferencias, debe de generar acuerdos para construir y no para destruir, debe ser una herramienta para desterrar lo que no sirve y conservar lo que sí, debe servir para innovar. Por eso, desde esta Sierra Norte, convoco a una alianza para que todos los sectores de la sociedad y Gobierno caminemos con los principios juaristas, codo a codo con el presidente”.

Señaló que coincide con el presidente López Obrador en la intención de acabar con la brecha de desigualdad entre el Sur y el Norte del país, trabajando por consolidar el Proyecto Interoceánico, “llamado a ser el motor de desarrollo del presente y futuro de México y el centro comercial del mundo”.

Por íltimo, reiteró el trabajo coordinado del Gobierno del Estado con la Federación para la conclusión de las autopistas Barranca Larga-Ventanilla y Mitla- Tehuantepec, además de reconocer el lugar que corresponde a los pueblos originarios en la toma de decisiones sobre las obras y acciones que afecten a sus comunidades.

Recuadro 1

Vida y Obra del Benemérito de las Américas 

El 21 de marzo de 1806 nació en el pueblo de San Pablo Guelatao, municipio de Ixtlán, Oaxaca, Benito Pablo Juárez García, hijo de los indígenas zapotecas Marcelino Juárez y Brígida García, quienes murieron cuando Benito Juárez contaba con tres años de edad.

Siendo aún un niño abandonó su pueblo natal y se trasladó a la ciudad de Oaxaca, donde recibió la protección del encuadernador Antonio Salanueva, y en cuya casa y taller entró a servir.

Cursó estudios en el Seminario de Santa Cruz y en el Instituto de Ciencias y Artes, en donde, aun siendo estudiante, fue encargado de la cátedra de física, convirtiéndose poco después en el primero en graduarse como abogado por esa institución.

Gracias a su formación y su voluntad, inició su carrera política como regidor del Ayuntamiento, enfrentando después otras responsabilidades como diputado local y federal, juez de primera instancia, magistrado del Supremo Tribunal, hasta llegar a la gubernatura de Oaxaca.

Su antagonismo con Antonio López de Santa Anna lo llevó a sufrir el destierro en Estados Unidos, donde estableció relación con un grupo de liberales con los que busca una profunda transformación social y política de México.

De regreso a México, tras regresar del exilio, se une con Ignacio Comonfort y Juan Álvarez en la revolución liberal inspirada por el Plan de Ayutla de 1854.  Una vez que ésta triunfa, dan inicio las conocidas leyes de reforma, expidiéndose el 23 de noviembre de 1855 la Ley sobre administración de justicia, y orgánica de los tribunales de la nación, la cual suprimió los fueron eclesiásticos y militares, dentro de la presidencia de Álvarez.

Dadas las presiones ejercidas sobre el gobierno radical, el presidente Álvarez renuncia y su lugar es tomado por Comonfort, moderado en ese sentido. En noviembre de 1857 Comonfort fue electo presidente y Juárez toma cargo como presidente de la Suprema Corte de Justicia, cargo que legalmente era considerado como la vicepresidencia.

En 1858, a resultas del golpe de Estado de Ignacio Comonfort en apoyo del Plan de Tacubaya, Benito Juárez ocupa por ministerio de ley el cargo de presidente de la República. Como presidente, defiende la Constitución de 1857, proclama las Leyes de Reforma y enfrenta con éxito la Intervención Francesa y el Segundo Imperio, preservando la soberanía e independencia de México.

El gobierno de Benito Juárez promulgó las Leyes de Reforma en julio de 1859 y se incluían también diversos decretos:

  • Ley de Nacionalización de los Bienes Eclesiásticos.
  • Ley de Matrimonio Civil.
  • Ley Orgánica del Registro Civil o Ley sobre el Estado Civil de las Personas.
  • Ley sobre Libertad de Cultos.
  • Decreto que declara que cesa toda intervención del clero en los cementerios y camposantos.
  • Decreto por el que quedan secularizados los hospitales y establecimientos de beneficencia.
  • Decreto por el que se extinguen en toda la República las comunidades de religiosas.
  • Decreto que fija los días festivos obligatorios y reglamenta las funciones públicas de la Iglesia.
  • La Constitución de 1857 y las Leyes de Reforma de 1859 contribuyeron a la fundación del Estado civil y laico.

Juárez fue reelecto en 1867 y 1871, pudiendo presenciar el desmoronamiento del grupo liberal en las facciones juarista, lerdista y porfirista.

Benito Juárez falleció el 18 de julio de 1872 tras una vida llena de innumerables episodios. Su legado es su propia fortaleza, triunfando primero ante los conservadores y luego frente al Segundo Imperio, portando siempre la bandera liberal.