Arma de Caballería – Mayo 9 de 1920

Por: General de Brigada Retirado David Moreno Cruz.

Por el Honor de México, el cual sería reconocido el 9 de mayo de 1920, cuando resurge esta Institución Educativa militar entre la turbulencia de los acontecimientos provocados por la inestabilidad política y social de la Revolución Mexicana, pero que muestra lealtad a las instituciones.

La década de los veinte es un periodo de construcción de instituciones legalmente constituidas, que fortalecen el Estado de derecho, retomado en la Constitución de 1917, periodo que requiere de la plena comprensión y adhesión de la vocación, aptitud y actitud razonada y razonable, esencialmente humanas.

VALORES QUE INSPIRAN A CADETES

Los valores, con aspiración a virtudes militares, son la convicción que en aquel aciago mes de mayo embargó a la juventud militar en forja como oficiales en nuestro plantel, para asumir una actitud digna y respaldar, aún con el sacrificio de su propia vida, a la representación y figura del señor Carranza y a la institución presidencial, que como resultado de la rebelión gestada en el Plan de Agua Prieta, se encontraban en grave peligro, como lo confirmó el desenlace de los acontecimientos.

Es el llamado del Espíritu Militar, con el cual se interpreta y enfrenta cabalmente los objetivos nacionales, con la finalidad de fundamentar la estabilidad social, que ahora disfrutamos.

A partir de la propuesta de Venustiano Carranza, en su calidad de Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, se creó el Ejército Mexicano.

CABALLERÍA ACOMPAÑA A CARRANZA

Recién había ocurrido la reapertura del Colegio Militar en el edificio de Popotla en 1920, cuando el destino ofrece a esta institución educativa una oportunidad de refrendar el timbre de honor iniciado desde su creación en Perote, Veracruz, el cual se fortaleció en el Castillo de Chapultepec en 1847, época de oro que concluyó en agosto de 1914 con los Tratados de Teoloyucan, los que dispusieron la desaparición del ejército porfirista, del cual era parte el Colegio Militar.

La gesta de 1847 es otro símbolo de Honor y ejemplar Lealtad, que se integra al blasón y lema del Colegio Militar:

La gesta del 9 de mayo de 1920 fortalece y engrandece las brillantes páginas protagonizadas por las varias generaciones de alumnos de este singular plantel educativo militar.

En un caótico y grave escenario, cuyos cadetes gozaban de plena y expresa libertad para decidir quedarse en la capital del país. Ante el llamado en defensa de la legalidad, deciden acudir en Escolta de Honor, a bordo del tren presidencial, los cadetes de las escuelas de Infantería y Administración, y armas Tácticas de Artillería, Ingenieros y del Estado Mayor.

Los integrantes de Caballería, que se trasladan con sus propios medios, montados a caballo, son quienes integran en ese momento el Colegio Militar, quienes a partir del 7 de mayo acompañan al Presidente Venustiano Carranza rumbo a su trágico destino. Deciden desalojar con la parte fiel a su investidura, la sede gubernamental de la Ciudad de México con rumbo al Puerto de Veracruz.

El Colegio Militar cumplió con una honrosa cita, con su manifiesto espíritu juvenil y guerrero que, en espera de una prueba de fuego y en este caso tan especial, la Escuela de Caballería, al mando de su director el Coronel Rodolfo Casillas, marchó de manera paralela a la vía del ferrocarril.

Desde la Estación de Buenavista acompañan al Primer Mandatario, junto con otras tropas leales hasta un poco más adelante de Apizaco, Tlaxcala.

A lo largo del recorrido, los defensores rechazaron constantes ataques de la Infantería y Caballería infidentes, por lo que, al desempeñarse como retaguardia, el Coronel Rodolfo Casillas visualizó el momento propicio para realizar una Carga de Sable, con los intrépidos cadetes, quienes lograron, en un acto temerario de arrojo y determinación, desorganizar y repeler a sus adversarios.

Al continuar la marcha, el día 17 de mayo, los trenes del ferrocarril que integraban el convoy, en parte defendidos por los cadetes que se constituían en combatientes de Infantería hasta el sacrificio y descendían al ser estos atacados, cerca de la población de Aljibes, Puebla, cuando la superioridad numérica del enemigo los rebasó, fueron detenidos y enviados algunos a San Andrés Chalchicomula, hoy Ciudad Serdán, quienes al ser liberados regresaron a la Ciudad de México. En este hecho de armas sufrieron la pérdida del cadete Ignacio I. Barba a manos de sus captores, cuyos restos descansan, en el lote de la Asociación del Heroico Colegio Militar del Panteón de Dolores.

Sólo los escuadrones de la Escuela de Caballería quedaron invictos debido a su movilidad y rapidez al actuar.

Se pusieron a las órdenes como Custodios de la investidura del Presidente Carranza, quien el 17 de mayo expide una orden escrita por el General de Brigada Francisco L. Urquizo, encargado del despacho de Guerra y Marina, en ella dispone que la Escuela de Caballería regresara a la Ciudad de México, pues se consideró que a partir de ese momento era un sacrificio inútil la participación de tan valiente juventud el continuar en esa misión militar, por las circunstancias adversas que prevalecían.

El gobierno de Venustiano Carranza concluye con su muerte en la sierra de Tlaxcalaltongo, en el estado de Puebla, a manos de sus adversarios el día 21 de mayo. Es recordado como un personaje importante en la construcción de los sistemas político y social del México posrevolucionario.

Un merecido homenaje les fue otorgado el 7 de mayo de 1973 a 70 sobrevivientes de los cadetes que participaron en la memorable fecha que hoy vehementemente recordamos, quienes fueron recompensados con la Medalla de la Lealtad Venustiano Carranza, una lista encabezada por el General de División Hermenegildo Cuenca Díaz, exsecretario de la Defensa Nacional.

ESCUELA DE CABALLERÍA, EJEMPLO DE LEALTAD INSTITUCIONAL

El 9 de mayo, en honor y conmemoración del ejemplo de lealtad institucional mostrada por los cadetes de la Escuela de Caballería, se dispuso celebrar la fecha dedicada a esta Arma del Ejército Mexicano, que en la época moderna conserva los valores de Honor, Valor, Abnegación y Patriotismo, con los que se refrenda el compromiso de Lealtad, eje de la filosofía, ética y moral militar, que comparte con cadetes de otras armas y servicios como los de Intendencia y Policía Militar, así como de la Guardia Nacional.

Tales fortalezas inspiran a los cadetes a cumplir con sus misiones en el marco del Estado de derecho mexicano, heredadas a los hombres que integran esta especialidad y, ahora a las mujeres, que se le incorporan para formarse como oficiales a partir de 2021, mediante políticas institucionales de igualdad y equidad de género.

Los integrantes del Escuadrón Ignacio Allende pertenecen a una unidad moral por excelencia del Heroico Colegio Militar, donde los cadetes se forman e instruyen al servicio de México.