Emotiva Despedida del General Palmerín Cordero

Asamblea General Extraordinaria Informativa de la Asociación Nacional del Heroico Colegio Militar.

En el marco de la Asamblea General Extraordinaria Informativa de la Asociación Nacional del Heroico Colegio Militar, los integrantes de esta honorable agrupación, agradecieron al General de División D.E.M., Paracaidista Delfino Mario Palmerín Cordero, por el trabajo durante su gestión como Presidente de la misma Asociación, cargo que dejó el pasado 1 de julio.

En el evento, que se llevó a cabo en el Casino del antiguo Colegio Militar de Popotla, Ciudad de México, estuvieron presentes también, los generales de División D.E.M., Fausto Manuel Zamorano Esparza, Vicepresidente de la Asociación del Heroico Colegio Militar; y Arturo Pérez Cabello, Secretario General de la misma agrupación; miembros del Consejo Directivo y Generales destacados de la misma Asociación.

Durante la reunión, el General Palmerín Cordero, pasó la lista de honor de los héroes muertos en acción durante 1847 en Chapultepec y 1914 en el Puerto de Veracruz, con ello, se dio cumplimiento al objetivo con el que fue fundada la agrupación: reconocer la gloriosa epopeya de los alumnos del Heroico Colegio Militar de aquel aciago, pero glorioso 13 de septiembre de 1847, y con ello defender la verdad histórica de su sacrificio en defensa de la Patria. Por estos hechos, por decreto expedido el 29 de diciembre de 1949, el Honorable Congreso de la Unión otorgó oficialmente al Colegio Militar y a la Escuela Naval Militar la denominación de “Heroicos”.

Misión cumplida

Al hacer uso de la palabra, el General Palmerín Cordero, rindió un informe detallado de los logros obtenidos durante su gestión como Presidente del Consejo Directivo, entre ellos, destacó: “Se logró la aprobación superior del Código Estatutario que rige la existencia de esta insigne institución, que no se revisaban ni actualizaba desde 1987, con lo que se logró la denominación de Nacional ante notario público”.

Finalmente, a su muy peculiar estilo, agradeció por la oportunidad de haber ocupado tan distinguido cargo: “En múltiples ocasiones con algunas magulladuras recibidas, pero invariablemente, con la frente en alto y la armadura reluciente. Aún aparecen por aquí y por allá desafiantes molinos de viento, que pretenden ser intimidantes, pero que hay que enfrentarlos.

Cierro aquí el capítulo de mi fantasioso cuento, el de mi orgullosa historia y sus múltiples misiones, por lo que agradezco los que son, para mi y mi familia, muy sensibles momentos que hemos compartido”, concluyó.