Ella es Laura, una joven que hace muy poco coronó muchos años de esfuerzo, ya que concluyó su licenciatura en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, gracias al programa de Becas para Hijos de Militares de la Secretaría de la Defensa Nacional, ella es hija del coronel médico cirujano Gaspar Alberto Motta Ramírez, jefe del Servicio Médico de la Secretaría de la Defensa Nacional, quien además cuenta con otro hijo que también ha sido beneficiado por este programa.

Fue un 19 de febrero, precisamente durante la celebración del Día del Ejército, que el entonces presidente de México anunció dicho programa, como parte de algunos estímulos que se le otorgaron a los soldados de México por su leal y patriótico servicio a su país.

Desde entonces, miles de jóvenes de la gran familia militar han sido beneficiados con becas que cubren el cien por ciento de los gastos de inscripción y colegiatura en los más prestigiosos planteles del país, lo que representa el sueño de cualquier joven con esperanzas de un futuro promisorio y Laura es uno de esos jóvenes, quien compartió su experiencia para motivar a quienes como ella tienen sueños y que cuentan con un padre o madre militar.

Apoyo al cien por ciento

Laura dio a conocer el tiempo que duró el trámite y lo sencillo que es realizarlo para empezar a gozar de este beneficio: “Estoy becada desde la preparatoria donde estuve tres años, y luego cinco años en la carrera, los ocho años estuve becada al cien por ciento.

Yo me enteré del programa de becas por medio de mi papá, él fue quien me dio la noticia y él mismo me acompañó durante todo el proceso, que no es complicado, solo hay que llenar una serie de solicitudes, pero hasta para eso existe el apoyo en cada escuela, porque hay un grupo de personas que te ayudan a conseguir todos los papeles que hacen falta para que la beca salga al cien por ciento”.

Señaló que para que el estudiante mantenga la beca solo hay dos requisitos: “Lo único que le piden a cada estudiante es que mantenga el promedio de 8.5 y no deber ninguna materia, es un apoyo que está contemplado para personas que quieren seguir estudiando, es un promedio aceptable, lo que habla de que hay que ser un estudiante de buen rendimiento, es una beca que se puede obtener sin ningún problema, porque es un programa que se diseñó para apoyar a los jóvenes para que continúen con sus estudios de preparatoria y carrera profesional”.

Compartió por qué escogió la carrera que estudió: “Luego de estudiar bachillerato, escogí la carrera de relaciones internacionales en el Tecnológico de Monterrey, es una carrera que en el futuro tendrá mucho impacto en el contexto nacional e internacional de México, es una carrera que permite realizar muchas actividades en materia económica, social, cultural, diplomacia, en fin, es una carrera muy amplia”.

El valor de ser becado

Durante la conversación, Laura señaló el significado que tiene para un joven estar becado: “Para mi el significado de tener una beca por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, es que la institución compensa a quienes sirven a nuestro país, dando la oportunidad para que sus hijos puedan estudiar sin ningún impedimento en los mejores planteles del país, lo que significa un beneficio, pero también una responsabilidad con nuestro país de ser un buen profesionista.

Esta responsabilidad, yo creo que la sentimos todos los que somos beneficiarios del programa, ya que entre nosotros hay una gran empatía y mucha comunicación.

Los que no están becados son jóvenes que sí se puede decir que tienen cierta aspiración a lo que la Secretaría de la Defensa Nacional nos ofrece como hijos de militares, pero insisto, es una oportunidad que le ofrece la institución a los que sirven a México en las filas del Instituto Armado. Tener esta prestación que emana de que mi padre sea militar hace que yo también tenga una responsabilidad con mi país”.

Su motivación y gratitud

También compartió lo que la motiva para seguir en el camino de la superación, como un ejemplo de vida: “La motivación para hacer bien las cosas surge de que mi papá me decía recuerda que alguien más está pagando la escuela por tí y tienes que comprobarle a la institución que eres una buena estudiante cumpliendo con el promedio.

Por otro lado, mis padres siempre estuvieron apoyándome durante todos estos años, desde que era una niña, y creo es un común denominador en los hijos de militares, viví en un hogar donde me enseñaron disciplina, fortaleza, y a conducirte por el camino del bien”.

Pero la gratitud de Laura no se quedó solo ahí y nos explica cómo le retribuyó al Instituto Armado algo de lo que recibió: “Hice mi servicio social en la Dirección General de Derechos Humanos de la Secretaría de la Defensa Nacional, porque aunque estudié en un plantel civil, fue una forma de compensar todo lo que me dio el Instituto Armado, que de verdad no tengo con qué pagar todo ese apoyo y la gran oportunidad.

Desempeñar mi profesión dentro de las filas de las Fuerzas Armadas más adelante es una opción que me gustaría muchísimo, porque mi relación con el Ejército es muy cercana, y por ello lo conozco y por lo mismo es una institución a la que admiro mucho”.

Para concluir destacó que las becas para hijos de militares son una prestación que beneficia a jóvenes como ella para toda la vida: “Aunque ya concluyamos nuestra carrera, este beneficio se convierte en un patrimonio que nos va a dar mayores oportunidades, es un beneficio que no tiene fecha de caducidad y que muchos hijos de militares deberían de aprovechar.

Si tienen un sueño realmente con esta opción se puede lograr, es un arma que pueden utilizar para su propio bien y el de nuestra sociedad. Tenemos el ejemplo de las Fuerzas Armadas, que son instituciones muy respetables, cuya labor no hay que olvidar es muy difícil, que es la protección de México y sus ciudadanos”, concluyó.