T-14 Armata. El nuevo Puño de la Madre Rusia.

Por: Mayor de Caballería (Retirado) Luis Espino Alcaraz.

“La mejor arma antitanque es un mejor tanque”.

General Joseph W. Stilwell.

En esta ocasión iniciamos un nuevo enfoque dentro de nuestra columna, orientándola a partir de este número no solo hacia el armamento individual utilizado por los ejércitos del mundo, sino hacia toda clase de tecnología militar y en particular, aquella que ha salido a la luz pública en fechas recientes, con fuerte impacto en los medios masivos de comunicación, esperando que sea del interés de ustedes, amables lectores.

Sin duda alguna, la aparición del nuevo Tanque Principal de Batalla ruso (MBT o Main Battle Tank) T-14 “Armata”, durante el desfile conmemorativo del 70/o. Aniversario de la victoria contra la Alemania nazi, celebrado en la Plaza Roja de Moscú el 9 de mayo de 2015, con la participación de siete prototipos de este vehículo, constituye un verdadero caso paradigmático, dadas sus inmediatas repercusiones globales, tanto en el ámbito político como en el militar.

Al respecto, vale la pena señalar que tanto la desaparecida Unión Soviética como Rusia, su sucesora, tienen una larga y exitosa tradición en lo que respecta al diseño de toda clase de vehículos blindados y por supuesto, de tanques. En efecto, desde el período entreguerras (1918-1939) esta nación ya era plenamente autosuficiente en lo que a material blindado se refiere; además, los vehículos de diseño y manufactura soviética se caracterizaron desde sus inicios por su sencillez, confiabilidad y bajo costo de producción, en comparación con sus contrapartes occidentales.

Entre los diversos modelos que se produjeron durante la II Guerra Mundial, el tanque mediano T-34 destaca por mérito propio, ya que fue el primero de la historia en contar con blindaje inclinado al frente, lo que, aunado a otros aspectos igualmente importantes, contribuyó de manera decisiva a la victoria aliada final. Un testimonio indiscutible de la excelente calidad de este vehículo legendario, es el hecho de que fue utilizado en 40 países distintos y en algunos de ellos, se mantuvo en servicio activo hasta bien entrado el siglo XXI.

Otro parteaguas comparable al T-34, fue la aparición en 1963, en plena Guerra Fría, del Tanque Principal de Batalla T-64, el cual incorporó algunas de los avances tecnológicos más importantes de la época y que se convertirían en el estándar de la siguiente generación de blindados a nivel global, como el uso de blindaje compuesto, cañón principal de ánima lisa, munición perforante APFSDS o “sabot” -estabilizada por medio de aletas- y cargador automático para el arma principal, con lo que su tripulación quedó reducida a solo tres elementos (jefe de carro, artillero y conductor). Su importancia histórica es tal, que los modelos subsecuentes empleados por el Ejército Soviético y su sucesor, el Ruso (designados sucesivamente T-72, T-80 y T-90) son en esencia, tanques T-64 modernizados.

Así llegamos a los primeros años del presente siglo, en los que, tras la conclusión de la Guerra Fría, el desarrollo militar global sufrió una lógica desaceleración ante los consecuentes recortes presupuestales que se volvieron norma en casi todas las naciones del mundo. Recordemos que ante el advenimiento del llamado “Nuevo Orden Mundial”, muchos gobiernos comenzaron a considerar como innecesario el incremento de sus presupuestos de Defensa, bajo la premisa de que, al desaparecer la Unión Soviética y con ella, el bloque socialista, el mundo entraría en breve en una nueva era de paz en la que el gasto militar podría reducirse significativamente ante la ausencia de un enemigo potencial de primer orden. Sobra decir que estaban equivocados.

Mientras que los más destacados modelos de tanques utilizados por los países integrantes de la OTAN se han quedado prácticamente estancados desde los primeros años del presente siglo -citemos ejemplos como el M-1 “Abrams” norteamericano, el Leopard II alemán, el Challenger II británico o el Leclerc francés- cuyos prototipos datan de los años setenta u ochenta en el mejor de los casos, en el caso del Armata se trata de un diseño completamente nuevo y es, en muchos sentidos, un cambio radical con respecto no solo a sus antecesores rusos, sino a cualquier tanque en servicio en el resto del mundo, de ahí que se le considere por parte de muchos especialistas en la materia, como el primer tanque de tercera generación posterior a la II Guerra Mundial.

Cabe aclarar que no es nuestro objetivo hacer un análisis exhaustivo de todos y cada uno de los sistemas que componen este vanguardista vehículo de guerra, ni mucho menos, compararlo parte por parte con sus equivalentes occidentales, pues fácilmente podría escribirse un libro completo al respecto -y eso sin considerar que en el proyecto original, el Armata es una plataforma a partir de la cual se desarrollará toda una familia de blindados que incluye vehículos de transporte de personal, de artillería autopropulsada, de recuperación y de ingenieros de combate, entre otros-. Más bien, intentaremos explicar de forma concisa los principales aspectos relacionados con el mismo y sus potenciales efectos a nivel global.

El primer aspecto que podemos considerar revolucionario, es el hecho de que en el Armata -a diferencia de la configuración tradicional usada por prácticamente todos los tanques del mundo, al menos de la II Guerra Mundial a la fecha- toda la tripulación se aloja en un compartimiento acorazado dentro del casco del carro, pues cuenta con una torreta totalmente automatizada -recordemos que en un MBT moderno, únicamente el conductor va dentro del casco, pues tanto el jefe de carro como el artillero y en su caso, el abastecedor del arma principal, viajan en la torreta-. Esto se traduce en una mejor seguridad para sus tripulantes, ya que el vehículo puede situarse en desenfilada o “casco abajo” (hull down), protegido detrás de un obstáculo o abrigo y disparar contra el enemigo exponiendo únicamente la torreta, la cual, el caso de ser alcanzada por un disparo de arma antitanque de carga hueca (HEAT) o energía cinética (APFSDS), puede quedar inutilizada, pero, aun así, la tripulación tiene altas posibilidades de sobrevivir al impacto.

Otro aspecto que ha resultado verdaderamente sorprendente es que a pesar de su gran tamaño (es más largo y alto que varios de los tanques occidentales actualmente en servicio) el Armata es casi 10 toneladas más ligero que el promedio de sus competidores. Esto, combinado con su potente motor diesel de 12 cilindros y mil 500 caballos de fuerza, se traduce en una movilidad excepcional, particularmente a campo traviesa y es hoy por hoy, salvo prueba en contrario, el MBT con la mejor relación peso/potencia del mundo, con 30 CV por tonelada.

Pero ¿cómo es que un tanque casi un metro más largo que el M-1 Abrams, pesa quince toneladas menos? Al respecto hay toda clase de teorías y especulaciones. La más socorrida es que el Armata ha sacrificado parte de su protección blindada en favor de una mejor movilidad. No obstante, vale la pena recordar que, si hay un aspecto en el que las potencias mundiales son particularmente celosas, es en la información técnica relativa al blindaje de los vehículos que diseñan, tanto en lo que se refiere a su grosor como a su distribución y composición. Pese a ello podemos afirmar con toda seguridad que las placas de mayor espesor están situadas en la parte frontal del carro, mientras que a los costados y retaguardia su protección es menor. Puesto que no hay mucha información oficial ni extraoficial al respecto, de ahí en más solo nos queda especular, al menos por ahora.

El tercer aspecto fundamental en cualquier tanque -junto a la protección y movilidad- es sin duda, el poder de fuego. Y también en este sentido, el Armata cuenta con un avance revolucionario en su cañón de 125 milímetros de ánima lisa 2A82-1M. A diferencia de su antecesor, el 2A46 -del mismo calibre y también de ánima lisa- que ha equipado a todos los tanques soviéticos y rusos desde el T-64, este es más largo que su predecesor (55 calibres contra 48), lo que teóricamente se traduce en una mayor velocidad y precisión de sus proyectiles. Esto, aunado a que su cargador automático con sistema de carrusel permite llevar una mayor cantidad de municiones listas para dispararse (32 proyectiles contra solamente ocho en sus antecesores) le otorga un poder de fuego excepcional y su cadencia de tiro puede llegar a superar los ocho disparos por minuto -algunas fuentes citan hasta doce-.

De acuerdo con la información proporcionada por el gobierno ruso, este nuevo cañón tiene un alcance de hasta ocho kilómetros y puede disparar tanto munición APFSDS como de alto explosivo antitanque (HEAT), así como los nuevos misiles guiados antitanque “Sprinter” sin necesidad de usar adaptadores ni accesorios de ninguna clase.

Todo esto se complementa con un sistema radárico de protección activa (APS) capaz de detectar e interceptar proyectiles enemigos que se aproximen a una velocidad de hasta 1,700 metros por segundo, así como capacidad furtiva, pues su huella radárica es mínima y como otros vehículos de su clase, cuenta con pintura antirradar.

Entonces ¿podemos concluir que el Armata ha dejado obsoletos a todos los demás tanques modernos? En un hipotético enfrentamiento ¿será capaz de destruirlos impunemente a todos, desde varios kilómetros de distancia? No exactamente. Como en toda nueva invención, aún hay mucho qué mejorar y en prácticamente todas las publicaciones y foros especializados, hay opiniones divididas al respecto.

Un aspecto clave que podría constituir la mayor debilidad del T-14, es que, al parecer, sus sistemas electrónicos no están a la altura de sus contrapartes occidentales, en particular en lo que se refiere a los de puntería y control de tiro. De hecho, la mira del artillero tiene una capacidad de doce aumentos (por comparación, la del M-1 Abrams es de 50). De modo que, en el mejor de los casos, la tripulación del Armata podrá identificar un vehículo enemigo a no más de cinco kilómetros de distancia -y eso durante el día y en condiciones de clima despejado-. De hecho, se estima que la tecnología óptica y térmica rusa lleva un atraso de al menos 20 años con respecto a los países de la OTAN y dicho sea de paso, al menos hasta el T-90, las computadoras balísticas rusas eran claramente inferiores a las occidentales, sobre todo en lo que respecta a tiro en movimiento. En otras palabras, es inútil tener un arma con diez kilómetros de alcance, si no podré ver a mi enemigo más que a la mitad de esa distancia.

Por lo que toca a la tripulación, me resulta interesante ver que, si bien desde los años sesenta del siglo pasado, los soviéticos redujeron la tripulación de sus MBT de cuatro a tres elementos al implementar cargadores automáticos para el arma principal, pese a los avances tecnológicos de las últimas décadas son pocas las naciones occidentales que han seguido su ejemplo, con excepción de Francia, que sí equipó a su “Leclerc” con un sistema de carga automático y prescindió así del “soldado cargador”.

Al respecto, no hay que olvidar nunca que en cualquier vehículo terrestre el mantenimiento de primer escalón recae en los propios usuarios, de modo que reducir un tripulante significa contar con dos brazos menos a la hora de mantener el tanque en óptimas condiciones para el combate, lo cual, por lo visto, sí ha sido tomado en cuenta por Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Italia o Israel, entre otros países que han mantenido las tripulaciones de sus MBT a cuatro elementos, en gran medida por el aspecto antes mencionado.

Si bien la “presentación en sociedad” del Armata -en el ya mencionado “Desfile de la Victoria” en mayo de 2015- constituyó un “manotazo sobre la mesa” por parte del gobierno ruso, el cual previsiblemente desató una ola de nerviosismo y especulaciones entre las naciones occidentales, lo cierto es que, en su momento, se habló de metas muy concretas de fabricación en serie y entrada en servicio, las cuales cabe subrayar, han quedado muy lejos de llevarse a cabo. En efecto, originalmente se estableció que para 2020 el Ejército Ruso contaría con 2 mil 300 “Armatas” en servicio activo. El grave déficit fiscal ruso obligó a postponer dicha meta para el año 2025 y todo quedó reducido a un primer lote de pruebas que está siendo entregado a dos batallones de la División Blindada “Taman”, con base en Moscú. A la fecha -febrero de 2022-, se estima que han sido construidos no más de cien T-14, cifra muy lejana a la originalmente proyectada.

Previamente, en el año 2020 una unidad equipada con Armatas fue enviada a Siria con el objetivo de probar sus tanques en condiciones de combate real -esto fue confirmado en su momento por Denis Manturov, Ministro de Industria y Comercio del gobierno ruso-. De acuerdo con algunos medios, los T-14 tomaron parte en varios enfrentamientos contra rebeldes sirios, donde presumiblemente tres Armatas fueron alcanzados por misiles antitanque TOW e inclusive, se llegó a especular que uno de ellos resultó completamente destruido, aunque no se dieron a conocer fotos o videos que respalden dicho rumor. Lo que sí es un hecho es que este despliegue fue ampliamente criticado dentro y fuera de Rusia, pues muchos especialistas consideraron que es una exposición innecesaria de un vehículo apenas probado y que fue diseñado primordialmente para hacer frente a otros MBT de última generación, los cuales por supuesto, no existen en un entorno de guerra irregular -como es el caso de Siria- y en cambio, exponen al T-14 a caer en emboscadas en áreas urbanas o montañosas.

Entonces ¿Es el Armata una verdadera revolución que cambiará para siempre el campo de batalla moderno? ¿O terminará por convertirse en uno más de muchos proyectos militares que se quedarán a mitad del camino por razones más políticas o presupuestales que militares?  En caso de que se agrave la crisis entre Rusia y Ucrania ¿tomarán la decisión las autoridades rusas, de enviar su todavía pequeña flota de Armatas a la zona de conflicto, en lugar de sus bien probados T-90? Es imposible saberlo todavía. Habrá que esperar un tiempo todavía indefinido para que el T-14 tenga su verdadero bautismo de fuego, el cual no llegará hasta que tome parte en un conflicto donde tenga que hacer frente a un enemigo de su talla.

FICHA TÉCNICA T-14 “ARMATA”

TipoTanque Principal de Batalla (MBT)
País de OrigenRusia
FabricanteOficina de Diseño UralVagonZagod
Tripulación3 (Jefe de carro, conductor y artillero).
Peso50 a 55 Toneladas.
Longitud8.7 metros.
Ancho3.5 metros.
Altura3.3 metros.
Planta MotrizMotor diesel ChTZ 12N360 de doce cilindros y 1,500 caballos de fuerza.
TransmisiónAutomática de 12 velocidades
Armamento PrincipalUn cañón 2A 82-1M de ánima lisa calibre 125 mm. con 45 disparos (32 en el cargador automático de carrusel).
Armamento SecundarioUna ametralladora Kord 6P49 calibre 12.7 mm. Con 300 cartuchos. Una ametralladora PKTM calibre 7.62 mm. Con 1,000 cartuchos.
BlindajeClasificado secreto. Probablemente de 900 milímetros de espesor en el frente del casco. Defensa activa Afganit en laterales + blindaje reactivo Malaxit.
Velocidad Máxima90 kilómetros por hora (estimada en carretera).
Autonomía Operacional500 kilómetros
Precio (estimado)7 millones de dólares por unidad.

BIBLIOGRAFÍA

de Laurentis, Nicolás. Gran Enciclopedia SARPE de Armamento y Poder Militar. Sociedad Anónima de Revistas, Periódicos y Ediciones.

Domínguez, Jesús. Máquinas de Guerra. Ed. Planeta-Agostini.

Foss, Christopher S. Tanks and combat vehicles recognition guide. Harper Collins Publisher.

Milsom, John F. Armoured Fighting Vehicles. Ed. Hamlyn London.

Trewhitt, Philip. Blindados de combate. Ed. Libsa.

Westhorp, Chris. The World´s Armies. Ed. Military Press.

Revista Armas de Guerra No. 19 (Carros de Combate). Ed. Edisa.