Inflación y Seguridad Nacional

La alta inflación genera inestabilidad social por un disgusto popular, porque afecta el nivel de vida de la población.

Por: Julio A. Millán Bojalil. Presidente del Consejo Editorial de la Revista Militar Armas, Profesor del Colegio de Defensa Nacional, Presidente Fundador de Consultores Internacionales S.C., Presidente Fundador World Future Society, Capítulo Mexicano A.C.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el descontento social en varios países se mantiene por la falta de crecimiento económico, con el aumento de empleos informales que afecta los salarios, reduce el consumo y la actividad económica.

La inflación es el más duro impuesto que siempre se ha pagado, principalmente por los grupos económicos menos favorecidos que viven en la pobreza, y las clases medias. Además, el aumento en el índice de desigualdades en los ingresos está afectando a los sectores productivos de los diversos países de América Latina, donde ya se han producido manifestaciones sociales violentas que atentan la estabilidad social y política.

Hay dos cuestiones importantes en América Latina, desde el punto de vista político y económico. Uno es el descontento social, que ya era fuerte antes de la pandemia, pero que se agravó aún más con ella. Después los países comienzan a recuperarse, pero con poco crecimiento y alta inflación. Los bancos centrales de América Latina son de los que más han subido las tasas de interés en el mundo.

En México, la inflación sigue acelerándose. En el mes de junio, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se incrementó 0.84 % a tasa mensual. Con  ello, la inflación se ubicará entre 8 y 9.5% anual, si sigue el subsidio a los energéticos, ya que se estima que sin ellos, debería de estar en un nivel de entre 9.05% y 9.35% de omitir los efectos por el costoso subsidio a gasolinas de los últimos meses. En este caso, la inflación se explica por tres factores:

1. El efecto aritmético en los energéticos. Durante el 2020, los precios internacionales del petróleo disminuyeron como consecuencia de la menor demanda ante la crisis sanitaria y acuerdos celebrados en la OPEP para estabilizar los precios (como el subsidio que se está otorgando en México).

2. Choques de oferta por distorsiones en las cadenas de suministro, que afectaron en los precios de las mercancías no alimenticias, debido a presiones de costos, aumentos en los precios de las materias primas o de los insumos en general, las afectaciones en las cadenas de producción, abasto y el suministro por los problemas de transporte y la inestabilidad del tipo de cambio.

3. Choques de demanda por la recuperación económica. Motivados por un incremento en la demanda por mercancías, en un contexto internacional de recuperación económica, impulsada por programas de estímulos económicos en países desarrollados. En México se tradujo en mayores exportaciones hacia Estados Unidos (sobre todo en mercancías que no presentaron disrupciones de suministro), así como una mayor recepción de remesas familiares. En el caso de las remesas, estimularon en México un mayor consumo interno de los hogares incrementando con ello la demanda interna.

Stressed young businessman overworking

El aumento en la inflación impacta directamente en los bolsillos de millones de mexicanos, sobre todo entre aquellos que sus ingresos no alcanzan el salario mínimo o quienes viven al día, provocando una mayor vulnerabilidad en la seguridad alimentaria de los sectores más pobres, que invierten gran parte de sus ingresos en la compra de alimentos.

Por supuesto, uno de los principales efectos de una inflación alta es que aumenta el descontento social, no solo en las familias con menores ingresos, también en las clases medias.

El sentimiento de preocupación social por las cuestiones económicas provocan pánico y descontento poblacional al observar que los gobiernos no resuelven el problema de la situación alimentaria y generación de empleos; la inflación, junto con la carestía, es un explosivo peor que la dinamita, para el equilibrio social de un país y el mantenimiento de gobiernos estables, quebrantando el vínculo establecido entre la economía con el sistema político de cada país y siendo un riesgo para la Seguridad Nacional.

Las desigualdades de las condiciones de vida en México abarcan múltiples factores que han tenido perpetuidad durante largo tiempo, uno de los que se debe destacar es el lento crecimiento económico, que se ha tenido sin posibilidad de elevar el nivel de vida promedio de la población. Desafortunadamente en este sexenio de México, será sin crecimiento económico.

La inflación crónica siempre desemboca en conflictos sociales que se traducen en reclamos populares. Primero de manera discreta, pero va subiendo el tono hasta llegar a las grandes manifestaciones, muchas veces con derrocamiento de gobiernos.  

La presión que ejercen los precios de alimentos y energéticos tendrá que ser atendida por estrategias claras del gobierno. De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, es importante que para garantizar la cohesión social y reducir el riesgo de tensión social, el gobierno proporcione apoyo focalizado y temporal a los hogares vulnerables y de bajo ingreso, y dejar que los precios internos se ajusten en función de los precios internacionales. Esto ayudará a los grupos vulnerables y contendría los costos fiscales, además de incentivar la producción y moderar el consumo. 

La Seguridad Nacional está relacionada con la política económica, pues de ella depende si la capacidad productiva se satisface, también incide sobre los requerimientos de entrada de capitales y su impacto en la generación de empleos y sobre la distribución del ingreso. De ahí que las políticas y acciones del Estado deben garantizar condiciones de crecimiento para cumplir con el objetivo de alcanzar tal seguridad. Mientras el panorama global no cambie, no hay mucho margen de maniobra interno para eliminar la inflación y el alto costo de vida. 

El mundo entero está desesperado por la alta inflación, la diferencia la marcarán las medidas prudentes y serenas que se tomen y que no causen mayores estragos.

Siempre es un riesgo que, ante los reclamos populares, se requiera la participación de las Fuerzas Armadas, para combatirlos. En muchos casos es un reclamo legítimo de los ciudadanos por malas decisiones de su propio gobierno, que ellos han elegido libremente y que no cumplen con la responsabilidad asignada, por el propio pueblo. 

La inflación es un enemigo latente de la Seguridad Nacional.