General de brigada D.E.M., Raymundo Balboa Aguirre.

Para nuestro Ejército, la lealtad es la devoción sincera, voluntaria e infalible hacia la Nación, el Ejército, la unidad, los superiores, subordinados y compañeros, incluyendo los atributos de sinceridad, justicia, verdad, honradez, rectitud y nobleza, que son comunes a todo militar para servir al Ejército y al país como un compromiso permanente.

Por ello cuando decimos que la lealtad es la devoción, nos estamos refiriendo a que es una manifestación de la forma en que nos comportamos los militares mexicanos, la cual está integrada por  fervor, amor y una veneración tal, que nos lleva a respetar, cuidar y amar a las Fuerza armadas, haciendo también referencia a la inclinación y la afinidad especial que tenemos por todas las actividades que realizamos como institución y por nuestros compañeros de menor, igual o superior jerarquía, los conozcamos o no.

Al referirnos a que esta devoción es sincera, queremos decir que este sentimiento de amor, fervor y veneración son verdaderos en todos los integrantes de ejército y fuerza aérea; requiriendo para ello de contar con un carácter bien formado en valores ya que en su actuar, al tomar decisiones está llamado a hacerlo con simpleza, pureza  y sin doblez.

También es voluntaria esta devoción, puesto que este aspecto nos distingue a los militares, pues desde nuestro ingreso a las Fuerzas Armadas todo lo hacemos por nuestra propia voluntad o deseo, inclusive podemos abandonar las filas en el momento que nosotros mismos determinemos, de tal manera que todo nuestro actuar está sujeto en forma voluntaria a todos los preceptos que rigen nuestra vida interior, donde la lealtad es el eje rector de esta.

La infalibilidad se refiere a que la lealtad no se puede ni se debe poner en tela de juicio; los militares podremos, como humanos que somos, equivocarnos en nuestras decisiones, pero por lo que hace a la lealtad definitivamente no hay tolerancia en su aplicación.

Incluye por supuesto el atributo de sinceridad, que se refiere a la cualidad de obrar y expresarse con verdad, sencillez y honestidad, sin fingimientos o segundas intenciones.

También el de justicia, que es un conjunto de valores esenciales sobre los cuales debe basarse una sociedad y el Estado, estos valores son; el respeto, la equidad, la igualdad y la libertad.

Así como el de verdad, entendida esta como la correspondencia entre lo que pensamos o sabemos con la realidad. Supone la concordancia entre aquello que afirmamos con lo que se sabe, se siente o se piensa.

Suma igualmente el de la honradez, cualidad que deriva del sentido del honor y que se funda en el respeto a sí mismo y a los demás. Lleva a las personas a actuar con rectitud, a no robar ni mentir y a cumplir sus compromisos. Por ello son dignas de respeto, confianza y credibilidad.

El de rectitud, que distingue a las personas que son directas y justas en el sentido moral,  no tiene doble ánimo, ni dos caras.

Y por último el de nobleza, referido este atributo al valor que nos permite ser solidarios, escuchar a los demás y comprenderlos, ayudando desinteresadamente a quien lo necesita.

Quedando de esta manera debidamente arraigada la lealtad en todos los que vestimos el uniforme de la Patria para servir al Ejército y a México, estando siempre prestos y aptos para ser útiles cumpliendo las funciones a que hemos sido llamados, comprometidos de raíz con las obligaciones que hemos contraído voluntariamente a través de una declaración de principios a los que nos alineamos desde nuestro ingreso al Instituto Armado y es por ello que ante el exhorto de nuestros comandantes nuestra certera respuesta, invariablemente será “Siempre Leales”.