La Fuerza Aérea Mexicana recuerda a uno de sus más intrépidos pilotos en el 90 Aniversario de su Fallecimiento.

La historia de la Aviación Militar en México registra grandes acontecimientos, como el caso del Cap. 1/o. piloto aviador Emilio Carranza Rodríguez, quien realizó el vuelo sin escalas de la Ciudad de México a Washington para promover la paz y la buena voluntad entre México y Estados Unidos en respuesta al vuelo que realizó un año antes su amigo Charles Lindbergh con el mismo propósito.

       El capitán Emilio Carranza despegó ante miles de personas de los llanos de Balbuena a las ocho de la mañana del 11 de junio de 1928 y tras larga travesía, después del medio día del 12 de junio arribó exitosamente a su destino, donde fue objeto de grandes honores y reconocimientos como el haber sido invitado a visitar la Academia de West Point donde pasó revista a los Cadetes y se le otorgó el título de Embajador de México de Buena Voluntad. 

       Lamentablemente tras intentar su vuelo de retorno, el 12 de julio de 1928, una tormenta frustró la segunda parte de su cometido, al intentar el vuelo Nueva York-México, cuando su avión denominado México-Excelsior, se precipitó a tierra impactándose en un lugar boscoso cercano a Mount Holly del condado de Burlington, Nueva Jersey. 

       Cada año la Comandancia de la Fuerza Aérea Mexicana, en esa fecha realiza la ceremonia luctuosa en el Panteón Civil de Dolores, para conmemorar a tan ilustre aviador que se caracterizó por su valentía y arrojo y que puso en alto el nombre de México; a la par, en el Monumento erigido por el pueblo norteamericano en el lugar donde perdiera la vida el capitán Emilio Carranza, la Legión Americana también lleva a cabo una solemne ceremonia en recuerdo de su heroica proeza.

       Como justo reconocimiento, sus restos descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres, lugar que alberga a aquellas mujeres y hombres que por sus hechos han trascendido en la política, la milicia, la ciencia, la economía, las artes y cultura de nuestro país. 

A manera de reconocimiento, el gobierno de México otorga la Presea Emilio Carranza, en sus diversas clases, a los pilotos aviadores y personal técnico-aeronáutico que aportan reconocidos logros dentro de la Aviación Nacional.