La disciplina, el sentido del honor, y la capacidad de pensar y razonar son fundamentales en la formación de los futuros líderes del Ejército.

Entrevista con el General de División José Domingo Ramírez Garrido Abreu

De linaje familiar militar. Desde su infancia, a él, a su primo, hermana y prima, sus padres los vestían con uniforme militar, así relató el General de División José Domingo Ramírez-Garrido Abreu su vocación por las armas. Desde su tierna infancia supo que la milicia sería parte de su vida, gracias a la influencia de su abuelo, pero también porque así lo aceptó.

Heredó la cultura militar de su padre piloto aviador, de un tío abuelo Médico militar, pero de manera especial de su abuelo, de quien dijo que era un militar sabio, culto, escritor, revolucionario, que amaba al ejército y a su país. Informó que su abuelo cumple 100 años de haber dirigido al Colegio Militar, este 2023.

De su abuelo aprendió los valores militares, quien “a sangre y fuego” le impuso el Compromiso de Honor, que es la esencia del militar. Cuando le protestaba por la disciplina que le inculcaba, la respuesta era: “Vas a ingresar al Colegio Militar”. Sin duda, lo hacía porque el lema del HCM es Por el Honor de México.

Recuerda que su abuelo se distinguió por su fuerte presencia en el Ejército Mexicano, fue director del HCM. fue un defensor del Sufragio Efectivo no Reelección. En esa época se violaba ese juramento hecho al pueblo de México.

Comentó que en la adolescencia accedió a la biblioteca de su abuelo, en donde leyó a filósofos como Juan Jacobo Rousseau, Voltaire, los escritores clásicos y los de esa época. Mi abuelo me convirtió en lector, pero también en un hombre solitario, aseveró.

INGRESO AL HEROICO COLEGIO MILITAR

Dado el ambiente familiar militar en el que creció, su ingreso al Colegio Militar fue natural. Esto porque cuando estudiaba la secundaria, por ejemplo, comentó que su abuelo le insistía en que hiciera un compromiso de honor, el cual finalmente hizo. Reza así:

“Hoy comprometo mi palabra de honor de cumplir con convicción y patriotismo con las normas de tradición de lealtad y disciplina del HCM. Por ello me conduciré con verdad, ya que la mentira va contra el honor militar. Con honestidad, por lo cual no copiaré ni tomaré lo que no me pertenece.

Con respecto hacia mis compañeros, porque no los vejaré ni humillaré, a fin de fortalecer el espíritu de cuerpo, que es la columna vertebral del Ejército. Con dignidad siempre portaré el uniforme que me ha confiado el pueblo de México.

Con firmeza, responsabilidad y justicia, ejerceré el deber de la obediencia y el de mando, con lealtad defenderé en todo momento y circunstancia a la Patria, aún a costa de mi vida.

Con voluntad de acero protegeré, promoveré y practicaré estos valores que nos enaltecen, y no permitiré que nadie ni nada los violente, ya que ello denigra el carácter y honor militar. Haré de los valores mi estandarte, por mi Honor.

AL FINAL MI ABUELO ME DIJO ¡JÚRALO!

Su primera noche en el Colegio Militar fue única. Escuchó por primera vez el Toque de silencio. “En ese momento di gracias a mi abuelo por lo que aprendí de él. Me dije: ahora soy yo, y voy a tratar de salir adelante”. Desde esa noche comenzó a fraguar por sí mismo su destino militar. Advirtió que por el Honor de México, no es un grito, sino un concepto filosófico hecho vida. “Sin honor no hay nada”.

APRENDIZAJE DE VALORES MILITARES

En el Colegio Militar descubrió y aprendió los valores que forman la base del Ejército. De ellos deriva su legitimidad. “La razón de ser de la institución castrense trasciende nuestro interés personal por el bien superior”.
Descubrió la importancia de la camaradería entre los cadetes, “porque un Ejército sin camaradas es derrotado por sí mismo”.
La importancia de la camaradería la vivió en carne propia, porque como amante de la lectura se convirtió en “lobo solitario”, a tal grado que alguien le sugirió convivir más con sus compañeros.
De la disciplina dijo “si no hay disciplina no hay institución”. Consideró el respeto como la base de la disciplina, pues el uniforme no hace al soldado; el soldado hace el uniforme, por lo que sugiere a los cadetes “hacer honor al uniforme”.

CULTIVO DE LA RAZÓN

Como cadete se formó en el cultivo de la razón, más que en la memorización de datos o hechos históricos. La memoria te hace recordar, pero la razón te ayuda a analizar las acciones que realizas.
Recomendó a los cadetes leer un libro cada tres meses, que como comandante exigía a sus subalternos, a quienes les estableció el siguiente método de lectura:

  1. Una síntesis de lo que leyó en ocho renglones. Se trata de aprender a sintetizar.
  2. ¿Cuál es la esencia de lo que leíste? en siete renglones. Aprende a sacar el jugo a lo que lees.
  3. a. ¿Cómo te va a servir en tu vida militar?. No se trata de leer por leer.
    b. ¿Cómo te va a servir en tu vida personal?, porque abajo de un uniforme hay un individuo.
    Les sugirió que si van a leer, lo hagan por sí mismos, no esperar a que se les ordene, pues se trata de enriquecerse a sí mismo.

HÁBITOS ADQUIRIDOS

Las materias que cursó en el HCM, ética, historia militar, de México, historia de la guerrilla, aseguró que fortalecieron su carácter, le dieron templanza, espíritu de camaradería, sentido de pertenencia. “Esto nos preparó para ser futuros comandantes”.
Mencionó al deporte como una competencia sana, pues en él cada cadete vive el Espíritu de cuerpo. De sus jefes admiró su sentido del humor, carácter, inteligencia, dedicación para hacer de ellos mejores cadetes. Acuñó la frase: “para guiar soldados es necesario ser parte de ellos, porque si no lo haces no penetrarás en la mente y corazón de los soldados”.
Del trato a los subalternos comentó que lo peor es denigrar a una persona. Si denigras a un cadete por ser de primer año, lo estás enseñando a agacharse. Recordó así a su comandante de Sección del HCM, el General Jaime Contreras Guerrero, de quien dijo es grande de estatura, de corazón, en valores. De él aprendió mucho.
La obediencia es otro valor militar. Comentó que uno de los principios del oficial del Estado Mayor es decir siempre la verdad a su comandante. También, si recibes una orden que va en contra del Honor militar, no tienes porque darle cumplimiento.
Tender la cama es otra de las disciplinas que se aprende en el Colegio Militar. Quien lo hace va a cumplir con las demás obligaciones que la vida le depara. Les sugiere leer el libro Tiende tu cama.

SU PRIMERA MISIÓN

Como subteniente fue en la sierra de Puebla, donde aseguró que sus sargentos sabían más que él, los escuchó y lo orientaron.
Lo más grande que puede darte la carrera militar es ser comandante de tropas, porque ahí conoces el alma de los soldados.
Estudió la preparatoria en Puebla, después la licenciatura en Derecho, de la que sólo curso tres semestres. Estudió en la Escuela Superior de Guerra, gracias a la exigencia de su esposa.

José Domingo Ramírez Garrido Abreu y esposa María Lourdes

EL COLEGIO MILITAR FORMA LÍDERES

Volvió al Heroico Colegio Militar como docente, impartió Historia Universal, de México y guerra de guerrillas, tácticas de Infantería. También estuvo al mando de la Séptima Compañía de cadetes. Hoy funge como Jefe del Grupo de Análisis de la Defensa Nacional para la Doctrina Militar.

EL COLEGIO MILITAR NO FORMA SUBTENIENTES, FORMA LÍDERES.

En esta formación todo influye hasta el comportamiento en el comedor, en las aulas, pero también que tengan instructores que los obliguen a hablar y que los escuchen.
La disciplina, el sentido del honor, y la capacidad de pensar y razonar son fundamentales en la formación de los futuros líderes del Ejército, finalizó.

Hijos: Graco Arturo, Monica Bernardette, Victor Ayax y Ghovanny Alberto.