Sociedad civil y Fuerzas Armadas Mexicanas trabajando unidos durante los sismos.

Un fuerte sismo sacudió la zona centro de la República Mexicana a la 1:14 de la tarde, el mismo día en el que se conmemoraba a las víctimas de los sismos de 1985.

32 años habían pasado de aquella tragedia que dejó miles de muertos y el suelo de nuestro país se volvió a mover en un sismo de 7.1 grados en la escala de Richter cuyo epicentro en el estado de Morelos hizo recordar vivazmente la tragedia del 85.

El tamaño de la devastación poco a poco se empezó a difundir y con el conocimiento de la magnitud de los daños la sociedad mexicana, así como en ese año trágico de 1985 no se hizo esperar.

Miles de jóvenes y adultos entre mujeres y hombres acudieron a los lugares más dañados para tender su mano de ayuda.

Desde las primeras horas se veían familias completas, cuadrillas de trabajadores de alguna empresa, motociclistas voluntarios y diversos sectores de la sociedad dirigiéndose a los puntos donde los medios de comunicación y las redes sociales habían señalado como los más dañados.

Y cómo no responder a la tragedia, pues ya que en esos momentos había miles de damnificados, gente que quedó atrapada en los escombros y familiares que aun conservaban la esperanza de encontrar a sus familiares desaparecidos entre los escombros.

Los más afortunados, pudieron rescatar un poco de lo que les pertenecía, con ese sentimiento de haber vuelto a nacer y agradecer a esa sociedad mexicana que demostró una vez más el gran corazón que tiene y que la caracteriza en momentos difíciles.

Hombro a hombro, sociedad civil con sus Fuerzas Armadas trabajaron arduamente sin importar el cansancio físico, el tiempo y el riesgo de su propia vida, con lo que quedó de manifiesto que lo que se había exhibido tres días antes durante el desfile militar, era una realidad en los hechos, pues habíamos visto Bomberos, Policía Federal, y Fuerzas Armadas frente al pueblo de México manifestándoles su respaldo y así lo hicieron este 19 de septiembre.

No cabe duda que luego de esta estremecedora experiencia, que puede sacar lo mejor y lo peor de nuestra naturaleza humana, tenemos un México más fuerte que nunca, ya que la tragedia unió fuertemente a todos sus integrantes, sociedad civil y sus Fuerzas armadas, que como lo ha manifestado una y otra vez en su campaña comunicacional el Instituto Armado, unidos somos la Gran Fuerza de México.

Ahora, ese puño arriba que se levantaba cuando había señales de vida para hacer un silencio en el lugar y poder tener contacto con las personas que se encontraban bajo los escombros, se ha convertido en un símbolo de victoria, un símbolo que nos recuerda este México que se levanta mas fuerte, como nunca antes lo fue.