Recinto que conserva la memoria histórica de uno de los capítulos más importantes de México.

La historia de México está formada por hechos de armas, desde su independencia, pasando por la Guerra de Reforma, hasta la Revolución Mexicana, entre muchos otros episodios que marcaron la vida de la República.

Para conservar la historia de estos épicos episodios donde las Fuerzas Armadas estuvieron involucradas, la Secretaría de la Defensa Nacional, a través de la Dirección General de Archivo e Historia, tiene bajo su administración y cuidado, diversos museos en distintos estados de la República Mexicana, uno de ellos es el Museo Histórico de la Revolución, el cual se ubica en la Ciudad de Chihuahua, Chihuahua, escenario de numerosas batallas y tierra donde operó y encontró sus últimos días uno de los más importantes caudillos revolucionarios, el Comandante de la División del Norte, Doroteo Arango, mejor conocido como el General Francisco Villa. 

El inmueble que alberga el Museo Histórico de la Revolución, fue construido entre 1905 y 1907, perteneció a la Señora Corina Coupulade, quien la vendió al Señor Nicolás Saldivar para que éste la utilizara como rastro.

Al llegar Francisco Villa a la capital del estado de Chihuahua, rentó la casa y edificó las bardas del corralón, caballerizas, abrevadero y pesebre. En junio de 1911, la propiedad fue comprada finalmente por el ya Coronel Villa, en la cantidad de seis mil pesos.

A principios de 1914, siendo gobernador del estado, el Centauro del Norte, mandó remodelar y ampliar su casa, a la que denominó “Quinta Luz”, en honor a su esposa Luz Corral. El encargado de la remodelación fue el señor Santos Vega, quien añadió al inmueble algunas habitaciones en la planta baja y el segundo piso. Los encargados de decorar la casa fueron Hilario Berumen, Manuel Portillo y el italiano Mario Ferrer. Por su parte el propio Santos Vega se encargó de los trabajos de cantera.

De 1920 a 1923, la Quinta Luz en su totalidad, fue ocupada por la esposa de Villa, pero cuando fue asesinado, sólo ocupó la parte izquierda de la casa y el resto la cerró, para posteriormente destinar el despacho y la sala de música a la exposición de objetos personales de su extinto esposo, y el resto del inmueble lo rentaba. 

La parte donde exponía el acervo le llamó Museo División del Norte, pero por su avanzada edad, en 1981, así como por las lamentables condiciones del inmueble, la viuda de Villa donó la propiedad a la Secretaría de la Defensa Nacional, con la condición de que siguiera siendo utilizada como museo.

Las instalaciones fueron recibidas prácticamente en ruinas, por lo que fue necesario remodelarlas con la supervisión del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Después de más de un año de trabajos, se inauguró el Museo Histórico de la Revolución, el 17 de noviembre de 1982, convirtiéndose en uno de los recintos culturales más importantes del estado y del país.

El edificio se encuentra dividido en tres cuerpos: la casa principal, casa posterior y patio de honor. El cuerpo principal se compone de un patio estilo mudéjar, con una fuente de cantera rosa, cubierta en la parte superior de bronce labrado, comprado en Nueva York, Estados Unidos. 

En las diversas salas del museo se pueden apreciar muebles, imágenes, armas y demás objetos que pertenecieron al General Francisco Villa, cuando fungió como Gobernador del Estado de Chihuahua y un ejemplo de cómo eran las casas de esa época.

En la parte posterior se ubica el Patio de Honor, exhibiéndose un busto del General Francisco Villa, una escultura de cuerpo completo del General Rodolfo Fierro y un cañón Saint Chamond-Mondragón, usado por los revolucionarios y un listado de la famosa escolta de los Dorados.

Así, el Museo Histórico de la Revolución es un recinto donde la Secretaría de la Defensa Nacional, desde hace 37 años conserva un importante legado cultural e histórico, de uno de los episodios de armas más importantes de nuestro país y de uno de los personajes más emblemáticos de la Revolución Mexicana, Francisco Villa.