159 Aniversario de la Batalla de Puebla

Encabeza el Presidente de México la conmemoración de un hecho de armas donde las armas de México se llenaron de gloria.

El pasado 5 de mayo, la Nación mexicana celebró uno de los hechos de armas más significativos de la historia Patria, la Batalla de Puebla de 1862, episodio épico donde destacó el General Ignacio Zaragoza por su estrategia para combatir al Ejército francés, el más poderoso ejército de ese tiempo.

La ceremonia, que se realizó frente al monumento a Benito Juárez del Patio Mariano de Palacio Nacional, Ciudad de México; fue encabezada por el Licenciado Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas; quien acudió acompañado por el General Luis Cresencio Sandoval González, Secretario de la Defensa Nacional; y Francisco Ignacio Taibo Mahojo, Director del Fondo de Cultura Económica, entre otras autoridades, civiles, navales y militares.

Significado de ese 5 de mayo

Al hacer uso de la palabra Paco Ignacio Taibo II, aseguró que las cosas que sucedieron ese 5 de mayo de 1862, los personajes que ahí intervinieron, la forma en que se conjuntaron los factores, obliga a decir que ahí se produjo un milagro.

Destacó el contexto histórico en el que se dio la batalla y la precaria situación del Ejér4cdito de Oriente: “La triple invasión, franco-hispano-francesa, se desarticuló gracias a las habilidades diplomáticas de Juárez y los franceses desenmascaran el verdadero sentido de su intervención: Tener el control de un país y dominarlo.

Se les opone la División de Oriente, un Ejército de 5 mil hombres, en condiciones muy precarias. Leyendo la correspondencia de Zaragoza se descubre que la mitad de ellos no traen zapatos, que no tienen rifles para todos, sin embargo, hay algunos elementos de solidez en esta División de Oriente: sus oficiales, quienes viene fogueados por la Guerra de Reforma, ellos son los que le dan solidez a esa División que viene pasando hambre desde su retirada de Veracruz”.

Señaló que realmente enfrentamos al mejor ejército del mundo en aquella lucha: “Cuando empiezo a analizarlo veo que sí era el mejor ejército del mundo, los batallones que intervienen en esta primera campaña vienen fogueados por la guerra de Italia, la guerra de Crimea, la guerra de Argelia, con mandos medios surgidos de la academia de guerra, y un armamento muy superior. El equivalente en hombres era el mismo 5 mil hombres de un lado y 5 mil del otro, pero una batalla no se mide por cantidad, sino por su poder de fuego”.

Pero hubo algo decisivo para el triunfo y Paco Ignacio lo señaló: “Ante esta situación Zaragoza pronuncia un discurso determinante: Tenemos enfrente al mejor ejército del mundo, pero nosotros somos los mejores hijos de México.

Con los resultados de la batalla, puedo llegar el famoso telegrama que primero fue leído en el Palacio de Comunicaciones al pueblo a través de las ventanas: Las armas nacionales se han cubierto de gloria”.

Finalmente hizo una reflexión del significado del triunfo de las armas nacionales: “Es el triunfo del bien contra el mal, de la civilización contra la barbarie que representa la civilización imperialista, por eso, espero que cuando repiensen en la Batalla del 5 de mayo, la vean en toda su dimensión y todo el orgullo que a mi y a todos ustedes nos produce”.

Secretario de la Defensa Nacional

Por su parte, el Secretario de la Defensa Nacional, recordó la relevancia de esta lucha armada: “La Batalla de Puebla es un relevante hecho de armas que se remonta al 5 de mayo de 1862, cuando tropas francesas pretendían ultrajar la soberanía nacional, fue la confrontación armada contra un invasor más importante de nuestra historia, ya que en esa fecha no solo se defendió a Puebla, sino se defendió la dignidad nacional y se venció al ejército, considerado en aquella época, como el más poderoso del mundo.

Fue una proeza lograda con el patriotismo, valor, patriotismo y arrojo del soldado mexicano, que junto al pueblo, respaldó al Presidente Juárez y enfrentó cuerpo a cuerpo en la primera línea de combate a los invasores, impidiendo su avance y obligándolos a retirarse del campo de batalla”.

Destacó aquello que movió a la Nación: “Ese día el pueblo se vistió de soldado para engrosar las filas del Ejército de Oriente, eran hombres y mujeres sencillos de los estratos más humildes de nuestra sociedad, imbuidos de un profundo amor a México, que comprendían que aquel 5 de mayo estaba en riesgo algo más que una ciudad o su vida misma: el destino de México. Ellos sabían que lo principal era salvar a la Patria”.

Señaló que para lograrlo eran necesarios liderazgos con carácter y determinación: “Por parte del Gobierno de la República, un patriota que tenía una convicción plena en la victoria, el Licenciado Benito Juárez García, Presidente de México en ese momento, gran estadista de origen humilde que supo guiar los destinos de México en un entorno complicado y de peligro que representaba esta invasión.

Fue indispensable el llamado que hizo a la conciencia popular para preservar la identidad mexicana, animando a todo un pueblo a defender la soberanía mexicana, la libertad y el honor nacional para impedir la imposición de un imperio.

Por la parte militar, el General Ignacio Zaragoza, quien con conocimiento del arte de la guerra, sus dotes de estratega y su invaluable estrategia que le dejó la Guerra de Reforma, supo conducir con destreza a las tropas mexicanas en la defensa de la Patria, logrando la cohesión de ambos, a pesar de que en su mayoría eran ciudadanos armados de las guardias nacionales, que no eran militares profesionales”.

Subrayó la unión entre pueblo y Ejército: “Se trataba del pueblo y ejército unidos contra un ejército que contaba con mayores recursos, adiestramiento y experiencia de combate, pueblo y ejército iniciaron la batalla con grandes desventajas orgánicas, sin embargo, durante el combate se puso de manifiesto su fortaleza moral, inspirada en la lealtad, disciplina, honor, abnegación, honradez, espíritu de cuerpo, valor y un acendrado patriotismo, virtudes que fueron fundamentales para el triunfo y que hoy persisten como base axiológica en los miembros del Ejército Mexicano.

La victoria alcanzada en Puebla, forjó un férreo espíritu militar en aquella generación de mexicanos, con tal magnitud que fue capaz de impresionar al mundo, pero además dio tiempo al Gobierno de Juárez para preparar la defensa de la República y sobretodo, permitió confirmar a México como una Nación independiente, libre y soberana. Así se arraigó en el pueblo el sentido de pertenencia y la identidad característicos de nuestra esencia como mexicanos”.

Aseguró que el 5 de mayo de 1862 quedó de manifiesto una de las fortalezas de nuestro país: “La unidad nacional, en esto radica la importancia de esta batalla, que es la más significativa de nuestra historia.

Con la Batalla de Puebla México se aprendió que se puede enfrentar y vencer cualquier amenaza contra su integridad y su existencia. Hoy más que nunca estamos convencidos que la unidad nacional es el único camino para enfrentar cualquier reto o desafío y en este sentido, la conmemoración de la que somos partícipes, constituye un homenaje que como Nación rendimos a la admirable hazaña de aquellos hombres que, convencidos de sus ideales, lucharon por la Patria que hoy tenemos”.