Ejemplo de Vida y Patriotismo

Entrevista con el Capitán 2/o. Fuerza Aérea Especialista en Mantenimiento de Aviación, Luis Guzmán Reveles.

La Fuerza Aérea Mexicana cuenta con la única unidad de combate que ha participado en un conflicto bélico contra otro país: la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana, a la que pertenecía el Escuadrón 201, formado por jóvenes patriotas que a sabiendas de que existía la probabilidad de no regresar a sus hogares, decidieron ir al frente de batalla durante la Segunda Guerra Mundial para defender el honor nacional.

Esta unidad estuvo conformada por alrededor de 300 elementos entre pilotos, mecánicos, abastecedores, y transmisiones, entre otras especialidades, quienes a su llegada a las Islas Filipinas, izaron por primera vez el pabellón tricolor el 2 de mayo de 1945, fecha gloriosa para las armas nacionales que nos recuerda invariablemente el heroísmo de quienes sirvieron en el teatro de operaciones del pacífico.

Uno de los más jóvenes de esos soldados del aire era un especialista en mecánica de aviación, que al paso del tiempo tendría una trayectoria profesional exitosa, gracias a lo que siempre le aconseja a las nuevas generaciones, estudiar, seguir estudiando y nunca dejar de estudiar, él es el Capitán 2/o. Fuerza Aérea Especialista en Mantenimiento de Aviación, Luis Guzmán Reveles.

Deseos de servir a la Nación

Nacido en 1926 en la ciudad de México, el Capitán Guzmán Reveles inició su vida militar a una muy corta edad en 1942, movido por ese sentimiento de servir a su país, cuando vientos de guerra soplaban para empujar a México a participar en la Segunda Guerra Mundial: “Mi carrera militar inició a muy temprana edad a los 16 años, cuando salió la convocatoria en el periódico para integrar el Escuadrón Mixto de Aeronáutica, que estaba conformado por paracaidistas y ametralladoristas; ahí causé alta como soldado en una época donde la aviación no era tan avanzada.

En ese tiempo yo era un fanático de la aviación y un amigo de mi papá me comentó que existía una Escuela Militar de Mecánicos de Aviación en Balbuena y me presenté para participar en el examen de selección y me quedé como parte de esa generación, ya siendo cabo y ocupando el cargo de jefe de grupo, porque yo ya traía una instrucción previa y ya desde entonces para mi la disciplina era muy importante.

En esa época empezó la guerra, por eso el plan de estudios se acortó a un año, para que pudiéramos ir a formar parte de alguno de los escuadrones que iban a participar, esto con el propósito de trabajar y seguir aprendiendo con la práctica. De esta escuela fui uno de los diez que egresamos como Sargento 2/o. Mecánico de Aviación, por haber aprobado con excelencia, que fue posible gracias a que me dediqué a estudiar mucho, con ello ya pude hacer planes para casarme”.

A pesar de los planes de contraer nupcias con el amor de su vida y que hasta ahora lo acompaña, estos tuvieron que ser pospuestos debido a que el entonces Sargento 2/o. Guzmán Reveles, fue seleccionado para ir al frente de guerra: “Cuando iba llegando a mi casa con mi prometida, afuera vi estacionado un vehículo militar y el conductor preguntó por mi y me dijo que traía la orden para que fuera al Escuadrón. De ahí tuve que pasar una serie de exámenes médicos para poder ser parte del grupo que iba a ir primero a Estados Unidos. Cuando le di la noticia a mi prometida se puso muy triste, porque la boda tuvo que ser pospuesta hasta mi regreso. A pesar de ello, ser parte del Escuadron 201 y servir a mi país para mi siempre será un gran orgullo”.

Precisó cómo se formó el Escuadrón 201: “Al declararse la Guerra, el Presidente Ávila Camacho ordenó la formación del Escuadrón 201 con casi 300 elementos entre pilotos, mecánicos, armeros, transmisiones y otros servicios. Esa cantidad de elementos fue porque los Escuadrones en Estados Unidos estaban formados con aproximadamente esa cantidad y nosotros iríamos al frente de batalla con la Fuerza Aérea Norteamericana”.

Aseguró que luego de un largo viaje de aproximadamente un mes en buque, desde las costas de Estado Unidos, llegaron un 30 de abril hasta la Bahía de Manila, Filipinas, trasladándose a lo que sería su base en Porac en el complejo de Clark Field en la isla de Luzón, donde finalmente pudieron izar la bandera mexicana por primera vez un 2 de mayo de 1945.

Señaló cómo participaron durante el conflicto: “El Escuadrón 201 voló como parte del 58/o. Grupo de combate del 5/o. comando de la 5/a. Fuerza Aérea de los Estados Unidos para la liberación de la isla de Luzón, Filipinas.

Fue el 4 de junio de ese mismo año, cuando iniciaron las operaciones y desde el día 7 hasta el 30 del mismo mes, que participaron los pilotos mexicanos en acciones de bombardeo de posiciones enemigas en diversas regiones de la isla”.

Se sabe que en total la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana participó en 95 misiones, con 2 mil 842 horas de vuelo; de estas, mil 966 horas con 15 minutos fueron de combate, donde expulsó 957 bombas de 100 libras, 500 de 500 libras y con ataques de ametrallamiento en los que se dispararon 166 mil 922 cartuchos.

No obstante, aseguró que la participación de Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana no solo se limitó a operaciones aéreas, ya que sus elementos, incluyendo a los especialistas, también participaron en algunos ataques por tierra, y añadió: “El General Antonio Cárdenas Rodríguez era el Comandante de la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana; él junto con el Capitán Radamés Gaxiola, Comandante del Escuadrón 201, así como los líderes de escuadrilla, planeaban las operaciones aéreas; sin embargo, no hay que perder de vista que el personal de especialistas en mantenimiento y abastecimiento, tuvimos un papel muy relevante, ya que nosotros siempre teníamos los P-47 y otras aeronaves en buenas condiciones para que volaran con seguridad, esa era nuestra misión principal y cumplimos con ella”.

En todo ese tiempo y con la esperanza de volver para casarse, cosa que así sucedió a su regreso, le enviaba 100 dólares mensuales a su prometida, hasta que finalmente el 18 de noviembre de 1945, fue recibido en suelo mexicano el Escuadrón 201 en un desfile que cruzó la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México, donde fueron recibidos como héroes y entregaron el Lábaro Patrio que los acompañó en el frente de guerra al Presidente de México Manuel Ávila Camacho, lo que marcó el inicio de una vida militar y profesional de mucho éxito, así lo expresó: “El día en que nos enteramos que acabó la guerra fue un día muy especial que no lo comparo con ningún otro, porque para mi fue un cambio total, ya que al regreso a mi país por fin me casé y me dediqué a estudiar y a dar clases de mecánica de aviación por la mañana y por la tarde trabajaba en una línea comercial para dar mantenimiento a los Douglas DC-3 y así fue pasando el tiempo y fui ascendiendo y ganando posiciones en el terreno laboral, hasta llegar a ser Director de un aeropuerto en España, entre otros cargos de importancia que a lo largo de mi carrera profesional tuve, gracias a que toda la vida me seguí preparando y estudiando con mucha disciplina”.

Hoy en día, a sus 96 años de vida, el Capitán Guzmán Reveles luce con orgullo sus insignias que le otorgaron por parte del Gobierno Norteamericano por su participación en la guerra, además de la Condecoración por sus Servicios en el Lejano Oriente otorgada por el propio General Miguel Ávila Camacho, Presidente de México; y la más reciente presea que le fue otorgada en la pasada Administración durante la celebración del Centenario de la Fuerza Aérea Mexicana, cuya inscripción dice: “En Defensa de la Patria 1945-2015”, con ello, el Gobierno de México reconoció el sacrificio y entrega de estos héroes que defendieron el honor nacional.

Para concluir, envió un consejo a las nuevas generaciones de jóvenes militares: “Desde el inicio de su carrera militar y a lo largo de ella, no dejen de estudiar lo que corresponde a su especialidad y el idioma inglés, porque con ello van a salir adelante, ese es mi consejo más grande que puedo darles, porque a mi me funcionó y creo que a ustedes también les será de mucha utilidad”.