Visita a uno de los planteles de mayor prestigio del Sistema Educativo Militar

La Escuela Militar de Medicina es una institución centenaria de educación militar de nivel superior, comprometida para que la formación de médicos cirujanos militares sea de excelencia, a fin de que sean competentes para desempeñarse en el primer nivel de atención médica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.

Sus egresados gozan del más alto prestigio, ya que su formación es con base en principios científicos, éticos, humanísticos y de doctrina militar, contenidos en el modelo educativo militar, mismo que son reforzados gracias al binomio escuela-hospital que forma con el Hospital Central Militar, uno de los más avanzados de nuestro país, ya que cuenta con la más alta tecnología médica.

Gracias a esos principios doctrinarios y modelo educativo, los médicos militares adquieren las destrezas y habilidades que les permitirá continuar con su ruta profesional en cualquier rama de la medicina y realizar actividades de investigación técnica y científica, así como participar en las tareas de auxilio a la población civil en caso de necesidades públicas en el ámbito nacional e internacional.

Para conocer de cerca sus modernas instalaciones y el sentir de quienes se forman en este moderno plantel, que es parte del Centro Militar de Ciencias de la Salud, la Revista Militar Armas acudió a sus instalaciones en Lomas de Sotelo, Ciudad de México, donde conversamos con cuatro médicos militares en ciernes, quienes compartieron las actividades que realizan, los retos que enfrentan a diario para alcanzar el éxito y sus sueños por servir a su país bajo la práctica de esta noble profesión.

Cabo de Cadetes Areli Julieta Santos Lomelí

La Cabo de Cadetes Areli, compartió por qué se decidió por este plantel: “Soy originaria de un pueblo muy pequeño de Jalisco, donde no hay mucho conocimiento de estas escuelas, sin embargo, mi padre fue el que me dio a conocer que existía esta opción. Tomé la decisión de ingresar a esta institución, debido a que ofrece dos carreras simultáneas, que es la carrera de médico y la carrera de las armas. 

Ingresar al plantel para mi fue un reto, no era miedo sino representaba más bien un reto, pero siempre que se quiere se puede alcanzar las metas propuestas, que en mi caso fue posible gracias al apoyo de mis padres”.

Compartió cómo fueron sus primeros días en la vida militar: “Inicialmente recibimos un adiestramiento de seis meses en el Heroico Colegio Militar con los alumnos de nuevo ingreso de todos los planteles militares, en ese arduo curso donde aprendemos a ser militares, pero también es muy bonito porque es ahí donde se generan lazos fuertes con nuestros compañeros de armas, que el final termina convirtiéndose en una gran familia, la gran familia militar.

En nuestro día a día hay veces que las cosas salen bien y otras veces no tan bien, pero eso es parte de lo que nos forma el carácter en la vida, pero en este plantel he aprendido cada vez más a hacerme resiliente para poder continuar”.

Puntualizó cómo es un día en la Escuela Militar de Medicina: “Un día normal inicia con el toque militar de Levante a las 5:30 A de la mañana para la lista de Diana que es a las seis de la mañana. A partir de ese momento, empiezan las actividades deportivas o las de instrucción de orden cerrado, para ir a desayunar e iniciar nuestras clases a las ocho de la mañana, las cuales terminan a las cinco de la tarde, pero es hasta las seis de la tarde que de nuevo pasamos lista. A partir de esa hora tenemos tiempo para actividades libres”.

Finalmente envió un mensaje: “La formación de Médico Cirujano Militar es una formación integral que hace que cada discente del plantel crezca profesional y personalmente, por eso le digo a quienes alguna vez lo pensaron, que se animen a entrar porque aquí se van a formar en todos los sentidos”.

Sargento Segundo de Cadetes Daniel González Meléndez

Por su parte, el Sargento Segundo de Cadetes Daniel, precisó por que de dos opciones escogió por la vida militar: “ Desde muy pequeño tuve la intención de estudiar medicina y en mi caso tengo dos hermanos mayores, uno que estudia en un plantel civil y otro que estudia en la Escuela Militar de Medicina, ambas opciones las puse en la balanza partiendo de las experiencias de mis hermanos y opté por ingresar a este plantel.

Luego de mi curso básico en el Colegio Militar, ingresé a mi plantel, la Escuela Militar de Medicina, donde me llevé una agradable sorpresa, ya que estas modernas instalaciones rebasaron por mucho mis expectativas, porque tienen los mejores avances tecnológicos y excelentes programas de estudios para concluir de la mejor manera nuestra carrera”.

Compartió lo que a su juicio es lo más difícil a su ingreso: “Siempre es separarse de la familia, sin embargo, en el plantel lo más importante es adaptarse a los horarios, porque la carrera de medicina y la carrera de las armas son muy demandantes, por eso es un plantel donde nos paramos temprano y nos acostamos tarde porque hay que estudiar mucho”.

Para concluir envió un mensaje a los jóvenes de México: “Si quieren tener una formación integral, ingresar a la Escuela Militar de Medicina es una excelente opción ya que en sus planes de estudio se contemplan, tanto la parte académica como la militar, lo que forma el carácter y hace que el estudiante crezca como persona y como profesionista”.

Subteniente Pasante de Medicina Sofía Rodríguez Mota

La Subteniente Pasante de Medicina Sofía, aseguró que nada la amedrentó en su idea de ingresar a su plantel: “En mi caso lo que escuchaba de la Escuela Militar de Medicina eran dos cosas, que era muy difícil y que ahí se formaban los mejores médicos y acepté el reto”. 

Destacó la importancia del binomio escuela-plantel: “En esta escuela empezamos a interactuar con el Hospital Central Militar a partir de tercer año, cuando realizamos el servicio de guardia hospitalaria, que es nuestro primer acercamiento a lo que va a ser la realidad de nuestra profesión”.

Afirmó que son muy distintas las carreras de medicina en una escuela civil que en una militar: “La carrera de medicina afuera y adentro es muy diferente, porque a diferencia de quienes deciden cursar la carrera en un plantel civil, nosotros tenemos que cubrir servicios militares, ir a concursos interplanteles o concurrir al desfile, entre muchas otras tareas militares. Todo ello nos hace muy independientes como individuos porque tenemos la capacidad de hacernos cargo de nosotros mismos, incluso en lo económico porque ahora ya cobramos un sueldo, lo que significa una gran ventaja, porque nunca alguien se puede imaginar que le paguen por estudiar”.

Destacó la importancia del binomio escuela-Hospital: El Hospital central Militar es uno de los nosocomios más equipados y capaces de atender cualquier emergencia, lo que significa una ventaja para nosotros, porque existen todas las especialidades y cuenta con la mejor tecnología médica, lo que nos permite estar a la vanguardia.

Subrayó que el lema del plantel es muy importante: “Nuestro lema es: La salud como meta, el honor como guía, lo que significa que nuestro objetivo es restablecer o mantener la salud de nuestros pacientes, y debemos hacerlo con ética profesional porque es un honor poder servir a los demás, en este caso, a nuestros compañeros de armas y a sus derechohabientes”.

Subteniente Pasante de Medicina Mario Renán Álvarez Almanza

El Subteniente Pasante de Medicina Mario Renán señaló quién lo impulsó a ingresar a dicho plantel: “Cuando llegó el tiempo de escoger una opción para estudiar medicina, tuve el mejor ejemplo que me hizo inclinarme por este plantel: fue mi mamá, ya que ella fue una capitán del servicio de informática que siempre me apoyó”. 

Destacó la manera integral de la educación militar: “En la escuela, conforme vamos avanzando de semestre, vamos llevando más materias que desde el tercer año se complementan con las guardias en el Hospital Central Militar, por ejemplo: al cursar la materia de neumología, la guardia se realiza en el área de neumología del Hospital, con la oportunidad de que lo que se aprende en clase se puede observar en el campo clínico en una sala, siempre bajo la supervisión de médicos especialistas.

La carrera de medicina es muy demandante en cualquier plantel, no obstante, ese nivel de exigencia en la Escuela Militar de Medicina es muy alto”.

Subrayó la importancia de actuar con valores: “Los valores en este plantel son importantes, porque siempre se nos ha enseñado que puede haber un buen médico pero si no tiene un buen trato hacia el paciente no sirve de nada”.

También destacó la importancia de la infraestructura hospitalaria: “Este plantel cuenta con quirófanos, laboratorios, simuladores avanzados, mesas inteligentes y equipamiento médico que muchos hospitales no tienen. Aunque lo más importante es el contacto con el Hospital Central Militar”.

Finalmente, puso de manifiesto apegarse a lo que marca su lema: “Nuestro lema es muy importante para nosotros, porque lo que tenemos en nuestras manos son las vidas de los demás, lo que representa una sensación muy bonita que nos impulsa a dar nuestro mejor esfuerzo y a prepararnos todos los días.

Recuadro 1

Visión de la Escuela Militar de Medicina

Este centenario plantel tiene como visión: Consolidarse como una institución líder en educación médica, vanguardista y generadora de investigación científica, formadora de médicos cirujanos militares comprometidos con la salud de los integrantes del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos y sus familias bajo los principios científicos, éticos y humanísticos que rigen la profesión, médicos que ejerzan su noble profesión con calidad y calidez en el primer nivel de atención médica y como asesores para la toma de decisiones en el sistema de salud a nivel nacional e internacional.

Recuadro 2

Historia de la Escuela Militar de Medicina

La hoy Escuela Militar de Medicina se inauguró el 12 de octubre de 1916, con el nombre de Escuela Constitucionalista Médico Militar, ubicada en la calle de Cacahuatal, en la Ciudad de México.

Fue el propio Presidente de México de ese entonces, Don Venustiano Carranza Garza, y el General de División Álvaro Obregón Salido, Secretario de Guerra y Marina y Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, quienes inauguraron esas instalaciones.

Acompañaron al Primer Mandatario, durante la inauguración del plantel, el General Brigadier Médico Cirujano Enrique Cornelio Osornio Martínez de los Ríos, Director de Sanidad Militar y el Coronel Médico Cirujano Guadalupe García, primer Director del plantel.

El plantel se trasladó a la calle San Lucas, actualmente Fray Servando Teresa de Mier de la Ciudad de México, donde permaneció de 1881 a 1914 con el nombre de Escuela Práctica Médico Militar.

Como binomio de atención hospitalaria y plantel, el Hospital General Militar y la escuela Médico Militar, permanecieron en Arcos de Belem, Ciudad de México durante los años 1930-1942-1945.

El 1 de diciembre de 1945, el general Manuel Ávila Camacho, Presidente de México, inauguró la Escuela Médico Militar de Lomas de Sotelo, Ciudad de México, donde permaneció hasta el año 2015.

Un año después, fue inaugurada la Escuela Médico Militar en la segunda parte del complejo denominado Centro Militar de Ciencias de la Salud, sin embargo, quedó en el mismo predio y en 2017 con la idea de que su nombre fuera de acuerdo a las políticas de inclusión, se cambió por la denominación que actualmente tiene Escuela Militar de Medicina.