Por: Julio A. Millán Bojalil.
Economista y Empresario, Presidente del Consejo Editorial de la Revista Armas, Profesor del Colegio de Defensa Nacional, Expresidente de los Comités Bilaterales Empresariales con la República Popular China, Japón, Corea del Sur, Hong Kong y Miembro de APEC.

Yo tengo un sueño, la famosa frase que Martin Luther King pronunció hace 6 décadas, el 28 de agosto de 1963. Este sueño trata de un MÉXICO honesto, honrado, honorable, donde todos los mexicanos podemos ser:

Honestos. Hablar y actuar con sinceridad, es más que no mentir, engañar, robar o hacer trampas. Implica mostrar respeto hacia los demás, con los valores de justicia y verdad; tener integridad y conciencia de sí mismo.

Honrados. Es aquel que se rige por los valores morales, que respeta las normas sociales y que es consecuente con ello, es decir, que tanto en su forma de obrar como en su pensamiento se comporta de manera justa, recta e íntegra.

Honorables. Ser honrado, decente, honesto, respetable, digno, integro, distinguido, venerable. Es aquel que es escrupuloso con las reglas, y que esto le hace acreedor del respeto y la estima de los demás.

2024, AÑO AXIAL
Este 2024 puede resultar un año axial en la historia moderna de México, un momento toral y definitorio. Las elecciones que tendrán lugar representan un corte de caja ciudadano, una opción de cambio y ajuste.

Uno de los aspectos esenciales de una democracia moderna es precisamente la posibilidad de elegir, y esa elección indirectamente es una forma de ver hacia el futuro. Una elección es una jornada cívica donde los ciudadanos ponen de manifiesto sus preocupaciones, pero sobre todo sus anhelos.

TENGO UN SUEÑO

Pensando en nuestro presente y ansiando un mejor porvenir, al igual que Martin Luther King Jr., yo tengo un sueño, y en este sueño veo a México como un país con una paz perdurable, justamente una tierra honesta, honrada, honorable; cuya sociedad y gobierno piensen y trabajen en sembrar y heredar estos valores para las siguientes generaciones.

Donde los ciudadanos sean solidarios y que el egoísmo no los atrape perdiendo la solidaridad humana. Que nos afecte ver la pobreza y construyamos en consecuencia los medios para elevar el nivel de vida y lograr ser una población próspera. Esto es, con inversión, tecnología de avanzada, inteligencia artificial, trabajo remunerado, entre otros indicadores.

En donde la educación, la preparación de los ciudadanos, sea una obligación de todos y en donde el gobierno realice eficazmente su función social.

En donde se promueva y apoye el sentido aspiracional de cada ciudadano y se le den los medios y oportunidades para crecer.

En donde la salud sea prioridad y se establezcan todos los mecanismos para lograrlo.

En donde la libertad sea un bien común y que existan todos los mecanismos para garantizar la libertad de vivir en donde quiera, de pensar, de tránsito y de opinión.

Se respete la propiedad privada y se reconozca el esfuerzo de crear riqueza. Donde no impere el cinismo cívico de hacerse de la vista gorda frente a la corrupción y los abusos. Donde exista una economía de libre comercio.

Que los trabajadores tengan sindicatos transparentes. Que se genere una ética colectiva que permita vivir en una comunidad que haga valer el ESTADO DE DERECHO.

QUE LAS LEYES SE CUMPLAN
Que los órganos de justicia sean honestos y eficientes. En donde la irresponsabilidad y deficiencia que genera el dar cargos a personas incompetentes, o donde se presente la cara dramática de la corrupción, se castigue. En donde se erradique el desperdicio.

SUEÑO CON UNA SOCIEDAD DONDE EL CRIMEN SEA ENTERRADO y que su presencia sea controlada por el gobierno, con instituciones eficientes y transparentes.

Donde no sea el cinismo parte de la conducta social, porque acepta todo tipo de corrupción, desde la gubernamental, la empresarial y de la justicia, hasta llegar a tener honradez individual, sin dar mordidas y denunciar con valor esos actos de corrupción.

Mantener armonía con nuestros vecinos y buenas relaciones con el resto del mundo, que ello muestre nuestra contribución a la paz y al bienestar mundial.

En donde las tradiciones sean parte de nuestra vida y orgullo nacional. Que el orgullo nacional sea un identificador común a todos los mexicanos, con armonía social y sin enfrentamientos.

En donde la democracia sea el crisol de las divergencias y se creen los acuerdos que nos permiten prosperar y vivir en paz; en donde dejemos de quejarnos y actuemos, donde las palabras sean una regla respetada y evitemos engañar, donde seamos una potencia como país, aprovechando nuestros recursos y ubicación geográfica. Donde los valores de la familia sean un pilar fundamental para generar bienestar y felicidad.

FUERZAS ARMADAS, PARTE DEL SUEÑO
Por supuesto, las fuerzas armadas de México son parte de este sueño. Anhelo un Ejército y una Armada que mantengan su mística y su vocación de lealtad social e institucional, como salvaguardas del territorio y de la paz; que cumplan con profesionalismo su finalidad esencial.

Sueño con un México seguro, sin crimen, donde cada pueblo y ciudad tengan espacios comunes libres de temores, con cuerpos de seguridad civiles y profesionales, con una impartición de justicia expedita y transparente. En mi sueño, se destierran realmente la corrupción, la impunidad, el influyentísimo y el abuso de los poderes públicos.

Donde la dignidad, la libertad y la igualdad son el abono cotidiano de un Estado social que acompaña causas e iniciativas particulares, en lugar de confrontarlas; un Estado donde los contrapesos son respetados, apuntalados y debidamente regulados y donde la independencia del poder Judicial se erige como un pilar que debe ser reforzado y perfeccionado, no minado.

Nuestra Constitución rebasa el siglo de existencia y su supervivencia, hoy más que nunca, depende del consenso y el acuerdo, no de la imposición.

ASPIRACIÓN LEGÍTIMA Y GENUINA
Estoy despierto y consciente de que este sueño es una aspiración, legítima y genuina. También sé que no alcanzaré a verlo ni vivirlo, pero ello no obsta para seguir ofreciendo trabajo y esfuerzo, ideas y propuestas, para hacerlo una realidad. Y en ello la responsabilidad es de todos.

Espero y deseo que puedan lograrlo las próximas generaciones de mexicanos y se convierta México finalmente en un país próspero, justo y solidario. Este sueño es mío, pero estoy seguro que muchos lo comparten.